Barcelona/Madrid. A cinco días que empiece la pretemporada del Real Madrid, Florentino Pérez, su presidente, aún no ilusionó a su alicaída hinchada con el acostumbrado fichaje estrella del verano. La circunstancia llama poderosamente la atención por la conocida afición del mandatario madridista a gastar grandes cantidades de dinero en el nombre de moda del mercado futbolístico y, sobre todo, por su necesidad de insuflar savia nueva a un proyecto que concluyó la pasada campaña sin ningún título importante. En 2012 fue Luka Modric. En 2013, Gareth Bale. En 2014, James Rodríguez. Y en 2015, de momento, nadie. La infructuosa temporada del Real Madrid invitaba a pensar en un verano cargado de rutilantes estrellas.