Dos mujeres
adrid. Mujeres valiosas, siempre las ha habido en España. Hablaré de la filósofa valenciana Adela Cortina y de doña Manuela Carmena, recién investida alcaldesa de Madrid. La ex jueza fue postulada por cuatro organizaciones políticas: Podemos, Izquierda Unida, Equo y Ganemos.
Quizás ustedes lo sabían; yo apenas descubrí que en España existe la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, fundada en 1857, y que la catedrática de ética y filosofía política en la Universidad de Valencia Adela Cortina fue la primera mujer que ingresó en dicho organismo. Es autora de diversos de libros de ética y doctora Honoris Causa por ocho universidades; directora del máster y del programa de doctorado interuniversitarios ética y democracia.
La pensadora Adela Cortina ganó el año pasado el Premio Nacional de Ensayo 2014 con su obra ¿Para que sirve realmente la ética?, publicada por Paidós. El ejemplar que obtuve en La Casa del Libro, en Madrid, pertenece a la quinta edición; la primera se publicó en 2013. Es un libro indispensable para todos los que deseamos entender y cambiar el mundo; nos recuerda que hoy, más que nunca, necesitamos la ética. “Ninguna sociedad puede funcionar –escribe la filósofa– si sus miembros no mantienen una actitud ética. Ningún país puede salir de la crisis si las conductas inmorales de sus ciudadanos y sus gobernantes siguen proliferando con toda impunidad”.
En sus primeros días de trabajo de alcaldesa, Manuela Carmena viaja sola en el Metro para llegar a su oficina. Comenzó su trayectoria política a los 16 años de edad; defensora de las mejores causas, era parte del primer despacho de laboristas que fue víctima de la conocida Matanza de Atocha, atentado de terroristas de extrema derecha en el centro de Madrid el 24 de enero de 1977, en el contexto del llamado terrorismo tardofranquista. Carmena tuvo suerte de no estar ahí, pues cuatro abogados y un sindicalista fueron asesinados.
En su primera rueda de prensa anunció que habrá un incremento de 50 por ciento al presupuesto para que los niños que sufren malnutrición en Madrid puedan comer y cenar bien durante todo el verano, ya que en esta época los comedores escolares no funcionan. La alcaldesa parece estar decidida a multiplicar y mejorar los programas sociales; a demostrar que, con Podemos, sí se puede. Tal vez empiece con ella la era de lo políticamente sensato
, al demostrar que la indignación se puede convertir en cambio político.
