El delegado con licencia de Cuauhtémoc y consejero nacional del PRD, Alejandro Fernández Ramírez, informó que ya está listo el documento que entregará al Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, para solicitar el incremento al fondo de capitalidad del próximo año por 12 mil millones de pesos, con el fin de destinar 75 por ciento de estos recursos a atender el problema de desabasto de agua en la ciudad.

El ex candidato a asambleísta explicó que en el estudio elaborado por investigadores de la UNAM se plantea una inversión a mediano plazo para resolver el problema del agua en la ciudad de 220 mil millones de pesos.

El resumen del documento refiere una inversión anual de 9 mil millones de pesos para renovación de la red hidráulica en los próximos 25 años.

Fernández Ramírez informó que ya se hizo la petición de audiencia al Ejecutivo federal y está a la espera de que nos diga en qué fecha y en qué horario nos van a recibir; nosotros evidentemente estamos solicitando la entrevista directa con Enrique Peña Nieto para poder ofrecerle esta información que tenemos, es un estudio que hace la UNAM, firmas de ciudadanos de esta capital para aumentar los recursos y para recordarle que forma parte de sus compromisos firmados en campaña.

Refirió que el Ejecutivo firmó alrededor de 500 compromisos y tres de estos son con la ciudad de México, uno, el 199, es el tema del agua, garantizar el abasto con mejor infraestructura y más recursos. Vamos a decirle que la capital está lista porque hay un estudio preciso.

Este año la ciudad recibió en el Fondo de Capitalidad 3 mil 500 millones de pesos, que se asignaron a temas de movilidad, seguridad y espacio público. La propuesta del ex delegado de Cuauhtémoc es que ese fondo aumente a 12 mil millones de pesos y comenzar en 2016 con una inversión de 9 mil millones sostenida durante los próximos 25 años.

En el documento se plantean diversas líneas de acción, como la recarga inducida del acuífero, la reinyección de agua residual potabilizada, el reuso de líquido tratado en usos que no se requieren potable, captación de lluvia, reducción de fugas y mayor control del agua, nuevas fuentes de abastecimiento y la reducción en la extracción del acuífero, disminuir la demanda domiciliaria promoviendo la cultura del uso racional, adecuar al organismo institucional que debe atender el tema y mantener los suelos de conservación dentro del valle de México ante una pérdida anual de 200 hectáreas.