Acoso y censura en Canal 22
Control y oficialismo en medios
Omitir
el caso Aristegui
Le llueve a Chuayffet
n grupo de periodistas y trabajadores del Canal 22 de televisión pública (que justamente hoy cumple 22 años de vida) se han referido en una carta abierta a la censura y el acoso que sufren en cuanto al ejercicio de información y análisis, como parte de una política ejercida específicamente por el actual director Raúl Cremoux, pero, más en general, por la actual administración federal encabezada por Enrique Peña Nieto.
Así lo plantean los propios denunciantes: nuestra intención específica es visibilizar lo que ocurre en Canal 22, pero no como un fenómeno aislado ni coyuntural, sino como parte de una atmósfera generalizada en México de limitación de derechos civiles, incluida la libertad de expresión. El asunto nos parece particularmente grave tratándose de un medio público, cuyo mandato, objetivos, visión y metas lo comprometen con el derecho a la información de la sociedad mexicana
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Preocupa a los periodistas y trabajadores de Canal 22 la inminente salida del aire
de los programas semanales El observador y Global 22, en una decisión que a su entender no corresponde a una política de renovación programática o a la supuesta falta de recursos económicos, sino que es el corolario del sistemático acoso editorial y laboral contra la Dirección de Noticias (ejercida durante tres lustros por Juan Jacinto Silva Ibarra) y quienes la conformamos
(los firmantes del texto son Ariadna Ambriz, Ollín Buendía Salazar, Ilia Casarín, Alejandra Flores, María Idalia Gómez, Marco Lara Klahr, Alizbeth Mercado Becerril, Magaly Quintero, Yazmín Quiroz, Graciela Pérez Núñez, Fernando Troncoso y Perla E. Velázquez).
Dicho acoso se ha recrudecido en los tres meses recientes, detonado “específicamente después de que la Dirección de Noticias resolvió informar en Noticias 22, con veracidad y concisión, sobre la salida del aire de la Primera Emisión de Noticias MVS de Carmen Aristegui, el 15 de marzo de pasado –tema que por órdenes expresas de la Dirección General debía omitirse absolutamente. Esto, a la vez, provocó una práctica censora sistemática de revisión, mutilación y no emisión de programas, enfáticamente referidos a violencia criminal, social y de Estado, seguridad y violación de derechos humanos. En particular, la Dirección General solicitó a la Dirección de Noticias un programa especial en vivo sobre la jornada electoral del 7 de junio de los corrientes”.
El botón de muestra de Canal 22 (cuyo director fundador fue José María Pérez Gay, a quien sucedieron, entre otros, Enrique Strauss y Jorge Volpi) confirma la tendencia de control informativo y análitico que desde las alturas del poder federal se ha marcado desde diciembre de 2012, con fórmulas diversas como el presunto conflicto entre particulares
que dejó fuera del aire a Carmen Aristegui y su equipo, para beneplácito de la clase política más criticable, sobre todo en vísperas de nuevos episodios de corrupción y del accidentado proceso electoral que desembocó el pasado 7 en las urnas.
La supresión de la pluralidad informativa y analítica es un rasgo de autoritarismo que no solamente pretende ocultar o diluir hechos pasados, sino que busca escamotear a los ciudadanos la posibilidad de enterarse adecuadamente de lo mucho que viene en el segundo tramo del peñismo, que después de los comicios ha quedado sin verdaderos contrapesos partidistas, legislativos o políticos, porcentualmente dueño de una amplia mayoría en la cámara federal de diputados a través de los partidos que signaron el Pacto por México y ahora están dispuestos a emprender un segundo esfuerzo para apoyar la aplicación de las medidas reformistas e incluso emprender otras igualmente lesivas para la población.
Los medios, públicos y privados, con sede en el Distrito Federal o en otras ciudades del país, con circulación nacional o regional, enfrentan actualmente una política implacable que establece una autocensura a través de la asignación o retiro de contratos publicitarios y de la perversión de la función periodística mediante negocios
o abiertas retribuciones directas. En ese sentido es necesario seguir con atención lo que sucede en el canal público 22 y defender el derecho de los ciudadanos a estar bien informados.
En tanto, Emilio Chuayfett recibía ayer en Guadalajara un peculiar abucheo a la hora de pronunciar otro de sus discursos museísticos, esta vez en presencia de Peña Nieto y frente a una audiencia de proclividad oficialista que debería suponerse aliada del secretario de educación pública, en un recinto bajo control y con la asistencia de cuadros directivos del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) que a la caída de Elba Esther Gordillo fue concesionado al tapatío Juan Díaz. Es evidente que le llueve y le truena al mexiquense Chuayfett, aunque los discursos de éste, y de su jefe Peña Nieto, insisten en que todo el proceso reformista va viento en popa, con la oposición de alguna minoría
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Astillas:
En el PRI nadie se mueve, con la esperanza de salir en la foto. Mientras en otros partidos bulle la inquietud por la principal candidatura de 2018, en el Revolucionario Institucional se ha instalado la imagen de utilería de que el único político en acción abierta debe ser Enrique Peña Nieto, quien ha retomado con entusiasmo sus rutinas de teleprompter… Eugenio Hernández Flores dejó en 2010 el mando de Tamaulipas y parecía destinado a tareas políticas mayores, pues había sido uno de los gobernadores que casi como un sindicato habían apoyado al del estado de México, EPN, para que se encaminara a Los Pinos. Esperaba ser designado secretario técnico del Consejo Político Nacional del PRI, como presunta antesala a alguna secretaría de Estado o dirección importante, cuando surgieron los señalamientos que ahora han llegado hasta la emisión de una orden de arresto de la corte federal de Estados Unidos por presuntos actos de lavado de dinero… ¡Hasta mañana!
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