La mayoría de los enfermos de cáncer en fase terminal requiere de medicinas para el control del dolor, específicamente morfina, y no las tiene por causa de un proceso administrativo  obsoleto que limitaba la disponibilidad de recetas y de productos en las farmacias,  reconoció  la titular de la Secretaría de Salud (Ssa), Mercedes Juan.

En 2012 murieron 80 mil enfermos de cáncer y casi 70 mil tuvieron dolor de moderado a severo, dijo Mikel Arriola, titular de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), durante el acto en que se puso en marcha la Estrategia Nacional para el Control del Dolor y Cuidados Paliativos. Antes, la secretaria Juan inauguró la nueva área de atención continua y urgencias del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (Incmnsz), la cual pasó de un espacio físico de 300 metros cuadrados a casi 2 mil metros cuadrados.

Raúl Rivera, director de planeación y mejora de la calidad del instituto, explicó que con las nuevas instalaciones, donde también se renovó el equipo médico, la capacidad de atención aumentará entre 30 y 40 por ciento. Comentó que hasta ahora, cada mes se atiende a 3 mil pacientes con complicaciones de enfermedades metabólicas, malignas y neurológicas.

Del total de enfermos, entre 30 y 40 por ciento acuden por primera vez al instituto, es decir, no están registrados como pacientes. La nueva área cuenta con espacio para albergar a 20 personas, ocho en estado crítico y 12 para observación.

El médico también comentó que en una segunda etapa el Incmnsz contará con camas para personas que tengan enfermedades altamente transmisibles, como el ébola, por lo cual deben estar en áreas totalmente aisladas.

A la inauguración del área de atención continua y urgencias asistieron los ex secretarios de Salud Guillermo Soberón, Juan Ramón de la Fuente, José Angel Córdova Villalobos y Salomón Chertorivski, así como el diputado Manlio Fabio Beltrones, a quien la secretaria de Salud y el director del Incmnsz, David Kersenobich, agradecieron su intervención para que el instituto pudiera contar con los 47 millones de pesos que se ocuparon para las obras de remodelación.

Después, la secretaria Mercedes Juan se trasladó al Laboratorio Nacional de Salud Pública en la zona de hospitales de Tlalpan, donde la Cofepris puso en marcha el sistema electrónico de recetarios y libros de control de medicamentos, principalmente opiáceos, como la morfina, para el control del dolor de enfermos terminales.

Mercedes Juan resaltó que ante el incremento en la prevalencia de enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes, hipertensión arterial, cáncer y hernias de disco, entre otras, también ha aumentado la demanda de cuidados paliativos y en particular el acceso a medicinas que alivien el dolor.

Además de las dificultades administrativas que enfrentaban los médicos para obtener los recetarios de medicinas controladas, estaba la inseguridad, porque sus datos personales aparecían en las prescripciones, lo que ahora se hará de manera electrónica y con código bidimensional para mantener bajo resguardo la información de los especialistas. La Cofepris cuenta con un sistema electrónico de registro de entradas y salidas de los fármacos.

Mikel Arriola también explicó que las prescripciones se deberán hacer con el nombre de la sustancia activa del medicamento y ya no por su denominación distintiva (marca comercial), porque eso también dificultaba el acceso de los pacientes a los productos.