Durango, Dgo.

El cine mexicano logra entrar a las grandes masas en México mediante la piratería, comercio informal que llega a las clases populares. No es lo ideal, pero es la realidad, señala Juan Antonio de la Riva, director que estuvo presente en la séptima edición del Festival del Nuevo Cine Mexicano en Durango.

El cineasta reconoció que en México se hacen buenas producciones, pero el gran problema es la diatribución, porque no hay quien quiera exhibirlas en la pantalla grande.

El imperialismo estadunidense ha logrado cooptar la pantalla grande y quitar espacios al cine mexicano. Las dos grandes cadenas, Cinépolis y Cinemax, sólo exhiben películas de Estados Unidos o con financiamiento de ese país, afirmó.

Por eso el espacio que les queda a las poco más de 100 películas que se filman en México sólo son los festivales de cine o la piratería. Aunque sea ilegal, es la única forma de llegar a las grandes masas, señaló.

Sin embargo, reconoció que en Estados Unidos todos jalan parejo y todas las casas editoras tiene la misma visión de mercado; en cambio, en México cada quien jala para su lado y al no existir un mismo objetivo difícilmente se logra el fin: cooptar a un mayor público para el cine nacional.

También se pronunció por volver al modelo anterior de salas cinematográficas: las llamadas VIP, para exhibir cintas estadunidenses, y las populares para las mexicanas o latinas, con precios al alcance de los bolsillos de las grandes masas. Hoy día tenemos puras salas elitistas, afirmó Juan Antonio de la Riva.

El Festival del Nuevo Cine Mexicano fue dedicado a Luis Buñuel.