principios de mes, durante la inauguración de la tercera Conferencia Internacional contra Pandillas, el embajador de Estados Unidos en México, Anthony Wayne, señaló que se ha consolidado un peligroso vínculo entre pandillas y el crimen organizado en México, que ha conseguido afectar los intereses económicos e inhibir la inversión extranjera.
Además de constituir un peligro para la seguridad de los ciudadanos de la región, la actividad de las pandillas y el crimen internacional también afecta nuestros intereses económicos, el costo de hacer negocios en países afectados por el crimen organizado se está elevando
, enfatizó.
Las declaraciones del diplomático nos obligan a ubicarnos en nuestra justa dimensión. Hoy en día México se ha colocado ya como el segundo productor a escala mundial de opio, heroína y mariguana, de acuerdo con el Reporte mundial sobre drogas presentado por la Organización de Naciones Unidas (ONU; http://bit.ly/1hM3tP6).
De igual forma, la fabricación de metanfetaminas continúa en aumento en México, producto de la demanda del vecino del norte, y según la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de la ONU actualmente 80 por ciento de las metanfetaminas que llegan a Estados Unidos provienen de nuestro país.
A partir de que comenzó la guerra contra el narcotráfico, en el gobierno del ex presidente Felipe Calderón, el aumento de la violencia y la inseguridad se recrudeció en diversas regiones del país, dando como consecuencia un preocupante incremento del número de homicidios, extorsiones, secuestros, robo con violencia, etcétera.
Los efectos de la guerra contra el crimen organizado son múltiples y difíciles de ocultar y, pese al discurso oficial y el mensaje institucional que nos aseguraba la debilitación de los cárteles mexicanos, y la disminución de los índices de violencia, el pasado primero de mayo el cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) nos despertó, nos abrió los ojos ante la realidad.
La respuesta del CJNG al operativo conjunto Jalisco nos mostró su verdadera capacidad de organización, estrategia, respuesta y fuerza. Por primera vez en la historia de México un grupo criminal se atreve a enfrentar de una forma tan directa y brutal al Ejército Mexicano, al derribar un helicóptero Cougar EC725.
El CJNG reveló el primero de mayo que cuenta con la capacidad de obtener información de inteligencia valiosa y oportuna, que le permitió no sólo neutralizar el operativo Jalisco, sino lanzar una ofensiva en dos vías: la primera, directa en contra de las fuerzas federales, que incluyó el derribo del helicóptero; la segunda, generar pánico, terror y descontrol entre la ciudadanía y las propias instancias de seguridad y defensa al realizar 39 narcobloqueos, la quema de automóviles, comercios, bancos, gasolineras, acciones suficientes para distraer a las fuerzas armadas del objetivo principal y mermar su capacidad ofensiva y de defensa.
Del mismo modo, es importante destacar que ese día también fue evidente que hace falta un trabajo de inteligencia eficaz, así como de coordinación y cooperación entre las fuerzas que intervinieron, elementos indispensables para conseguir resultados positivos y no poner en riesgo innecesario a la ciudadanía.
Al respecto, vale la pena recordar que reportes de varias instancias de inteligencia extranjeras habían estado alertando sobre un peligro latente, lo cual también fue advertido por la Sedena en un informe publicado en diciembre de 2012, el cual informa sobre la compra de armamento sofisticado y altamente peligroso por parte de los cárteles mexicanos.
Dicha información fue referida en uno de mis artículos publicado en 2013, en donde puse énfasis en el aumento de decomisos de arsenal a estos grupos criminales, que incluían lanzacohetes portátiles RPG-7 (arma con la que se derribó el helicóptero), lanzagranadas AGS-17, fusiles de asalto AK-47, AR-15, metralletas Barret calibre 50, entre otros artefactos (http://bit.ly/1E2utO8).
La estrategia de seguir deteniendo a los líderes de los cárteles debería estar acompañada del desmantelamiento de sus estructuras operativas y financieras, sin ellas quedarían prácticamente paralizados, ya que no tendrían la capacidad de respuesta, sobre todo violenta y de liquidez para obtener el armamento que sin duda les da importante ventaja, y también se mermaría su capacidad para corromper a algunos niveles de autoridades nacionales y extranjeras, lo cual les restaría poder.
* Analista en temas de seguridad, educación y justicia
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