En cinco continentes llaman bioterrorista a la trasnacional
No quiero comer veneno, clamor en manifestaciones de 48 países
Domingo 24 de mayo de 2015, p. 36
Río de Janeiro.
Miles de personas salieron a las calles de 48 países para manifestarse contra el gigante de la biotecnología Monsanto y crear conciencia sobre los peligros de los alimentos genéticamente modificados de la compañía estadunidense.
En más de 400 ciudades de los cinco continentes activistas exigieron etiquetar los alimentos genéticamente modificados y reducir los químicos cancerígenos utilizados en la agricultura industrial.
Con carteles de bioterrorismo
, cantos y baile, unos 250 manifestantes protestaron en Río de Janeiro contra el grupo de biotecnología agrícola estadunidense.
Es la tercera marcha que se convoca contra Monsanto. La primera movilización se llevó a cabo el 25 de mayo de 2013, y ese mismo año, el 10 de octubre, se realizó la segunda actividad contra la comercializadora de productos transgénicos.
Monsanto Bioterrorista
, decían algunos carteles de los manifestantes, quienes se desplazaron y terminaron el encuentro hacia el anochecer. La protesta fue convocada por medio de redes sociales.
Cerca de mil personas marcharon en Santiago para pedir la retirada de Monsanto de Chile y el fin de la producción de alimentos transgénicos.
No queremos transgénicos en nuestros platos
, dijo Iván Santandreu, presidente del movimiento Chile Sin Transgénicos, durante la protesta que comenzó con disfraces y al son de los tambores en la plaza Italia y luego abrió paso por la Alameda. Con carteles con leyendas como no quiero comer veneno
, la marcha demandó al gobierno de Michelle Bachelet que expulse del país a la transnacional y deje de producir sus semillas.
Los sudafricanos se unieron a la manifestación contra Monsanto. Activistas pidieron boicot permanente a los organismos genéticamente modificados y otros productos agroquímicos nocivos que son elaborados principalmente por la multinacional.
Hubo protestas similares en Francia, Suiza, Argentina, Perú, Venezuela y Burkina Faso, entre otras naciones.
Ambientalistas han denunciado que ingerir derivados y productos transgénicos de forma regular puede producir cáncer, enfermedades del riñón, trastornos cerebrales y pérdida de las funciones reproductivas. A ello se suma la más reciente alerta emitida por la OMS, de que el químico herbicida Roundup de Monsanto, conocido como glifosato, es probablemente cancerígeno para los seres humanos
, según informó la cadena de noticias Telesur.