Fuerzas iraquíes recuperan la capital de Anbar y una carretera tras feroces combates
Arabia Saudita identifica al autor del atentado suicida del viernes contra una mezquita chiíta
Domingo 24 de mayo de 2015, p. 23
Damasco.
Los yihadistas plantaron su bandera negra sobre el tejado de la ciudadela mameluca del siglo XIII que domina la ciudad antigua, según el jefe de Antigüedades Sirias, Maamun Abdelkarin, quien informó de la entrada de los extremistas en el museo de la ciudad sin provocar destrozos.
El Consejo de Seguridad también mostró su temor por el patrimonio de Palmira, ciudad de más de 2 mil años, famosa por sus columnas romanas, sus templos y sus torres funerarias, después de que el Estado Islámico (EI) destruyó varios tesoros arqueológicos en Irak.
Una fotografía que circuló en cuentas de partidarios del grupo en Twitter mostró la bandera negra de los extremistas ondeando en lo alto del castillo de la ciudad, ubicada en la provincia de Homs. El grupo ha destruido varios sitios de valor incalculable en Siria e Irak y ha hecho un negocio lucrativo con el saqueo y venta de piezas antiguas en el mercado negro.
En Irak, las fuerzas iraquíes y milicias aliadas lograron reconquistar la localidad de Huseiba, al este de Ramadi, capital provincial de Anbar, tras intensos combates contra miembros del EI, informaron los servicios de seguridad locales. También se hicieron del control de Khalidiya y de la carretera que la conecta con Habbaniya, cerca de Ramadi, que cayó en manos de EI el 17 de mayo, explicó Jaffar Husseini, vocero del grupo chiíta Kataib Hezbolá.
Al mismo tiempo, unidades del sunita EI avanzan hacia Fallujah para tratar de absorber más territorio entre esa ciudad y Ramadi, lo que los acercaría a Bagdad, la capital iraquí.
Las fuerzas lideradas por Estados Unidos han realizado 22 bombardeos sobre posiciones de Estado Islámico en Irak y Siria desde el viernes, concentrándose en blancos cercanos a Ramadi y Palmira, señaló el ejército estadunidense.
Arabia Saudita, en tanto, identificó al autor del atentado suicida cometido el viernes contra una mezquita chiíta que dejó 21 muertos y confirmó su vínculo con el EI, el cual reivindicó el ataque. Se trata del saudita Saleh ben Abdulrahman Saleh al Ghishami, quien era buscado por su pertenencia a una célula terrorista, señaló el Ministerio del Exterior.