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Penultimátum

Francia: derecho a la sedación terapéutica

C

uando a principios de marzo pasado la Asamblea Nacional de Francia comenzó a debatir la legislación para garantizar el derecho de todos los ciudadanos a una sedación profunda y continuada que alivie sus últimos momentos, varios diputados de la extrema derecha presentaron numerosas enmiendas con la finalidad de impedir la aprobación de la ley. Por su parte, líderes religiosos representantes de los católicos, los protestantes, los ortodoxos, los judíos y los musulmanes publicaron un texto donde afirmaban que la proyectada ley era una nueva tentación de dar muerte, sin admitirlo, abusando de la sedación. Recordaron además que por ley en Francia se condena la eutanasia y está prohibido el encarnizamiento terapéutico.

La eutanasia es lo que deseaban integrantes de los partidos Verde y parte de los socialistas que reclamaban al presidente François Hollande impulsarla legislativamente. Pero en su campaña electoral Hollande se cuidó muy bien de no referirse a ella como uno de sus proyectos de gobierno.

En cambio, la Asamblea Nacional recientemente consagró por abrumadora mayoría lo que sí había prometido: el derecho a una sedación profunda y continuada y declarar vinculante el testamento vital, al que, salvo algunas excepciones, tendrá que ceñirse el médico. También se otorga representación legal a la persona de confianza que elija el enfermo para defender sus deseos acerca de cómo morir.

Mientras la ministra de Salud, Marisol Touraine, promotora de lo que considera una ayuda activa a morir, respaldada por la mayoría de los ciudadanos, estimó que era un verdadero avance para objetivos mayores, la derecha y los dirigentes religosos no quedaron nada a gusto con lo aprobado. Y esto pese a que el gobierno socialista buscó en todo momento facilitar el consenso legislativo con una ley que no pocos califican de insuficiente y moderada.

Ya en 2005 legalmente se prohibía el ensañamiento terapéutico. La norma ahora aprobada obliga a los médicos a la sedación terminal si el paciente o su representante lo piden, acompañada del retiro de todo tratamiento, incluidas la hidratación y la alimentación artificial. En ella se hace explícito el derecho a la sedación aunque ésta acorte la vida.

La izquierda radical y los ecologistas dijeron que buscarán en el futuro que se apruebe la eutanasia, práctica que también apoyan más de 120 diputados socialistas. A su juicio, el compromiso con los electores y la sociedad es seguir los pasos de Suiza, Bélgica y Holanda, donde es práctica legal.

Mientras, urge garantizar a las personas mayores los cuidados paliativos para enfermedades crónicas, progresivas y graves. Ocurre que apenas disfrutan de ellos en Francia 20 por ciento de quienes los necesitan.