Sociedad y Justicia
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Exhorta a padres y madres a no ponerlos enmedio del conflicto

Nunca tomar a los hijos en rehenes, pide el papa Francisco a divorciados
 
Periódico La Jornada
Jueves 21 de mayo de 2015, p. 42

Ciudad del Vaticano.

El Papa pidió ayer a los padres separados o divorciados abstenerse de tomar en rehenes a sus hijos y evitar hablarles mal a ellos los unos de los otros, aunque sientan el peso de la situación.

Francisco hizo estas consideraciones durante una reflexión sobre el papel de la familia, con motivo de la audiencia general de los miércoles, que presidió ante varios miles de personas en la Plaza de San Pedro, del Vaticano.

Si ustedes les dicen a los hijos: subamos esa escalera, y los toman de la mano y los hacen subir, está bien. Pero si les dicen que hagan una cosa que ustedes no son capaces de hacer, ¡eso no está bien! Se necesita un equilibrio muy grande, señaló.

Constató que en la actualidad no faltan dificultades en la labor de los padres, a los cuales les resulta difícil educar a los hijos cuando los ven sólo por las noches, a su regreso cansados del trabajo, “si tienen la fortuna de tenerlo.

(Es más) difícil para los padres separados, que sienten el peso de esta situación. Tuvieron dificultades, se separaron y muchas veces el hijo es tomado en rehén: el papá le habla mal de la mamá, la mamá le habla mal del papá, expuso.

Así se hace mucho daño. A ustedes les digo: ¡nunca tomar al hijo en rehén! Están separados, la vida les ha dado esta prueba, pero que los hijos no sean los que llevan el peso de esta separación, que no sean usados como rehenes contra el otro cónyuge, agregó.

Más adelante lamentó que intelectuales y críticos hayan callado a los padres con la excusa de defender a los hijos de los daños, verdaderos o presuntos, de la educación familiar.

Constató que la familia –como institución– ha sido acusada de autoritarismo que genera conflictos, provocando una fractura entre ella, la sociedad y la escuela, generando también que los padres se autoexcluyan de la educación de los hijos.

Es hora de que los padres y las madres vuelvan de su exilio, porque se han autoexiliado de la educación de sus hijos, y de que vuelvan a asumir plenamente su papel educativo. Esto sólo lo pueden hacer el amor, la ternura y la paciencia, estableció.