Con un retraso de cuatro años, finalmente se concretó la entrega-recepción de la sede del Senado, el inmueble ubicado en Paseo de la Reforma e Insurgentes, cuyo costo se elevó en cerca de 146 por ciento, lo que significa que ese órgano legislativo erogó 2 mil 489 millones de pesos más de lo presupuestado originalmente.

En diciembre de 2007, cuando comenzó la construcción de la nueva sede, el costo programado fue de mil 699 millones de pesos, pero se disparó a 4 mil 188 millones de pesos, incluida la construcción y equipamiento, el costo de los terrenos y otros gastos, como son pago de asesorías legales, documentos para la transparencia, honorarios fiduciarios y auditorías.

Acompañado por los responsables de administración, tesorería y contraloría, el presidente del Senado, Miguel Barbosa, precisó que aunque esa cámara ocupó desde abril de 2011 el edificio, la entrega formal se llevará a cabo el próximo lunes, aunque aún hay 21 puntos no resueltos sobre fallas e irregularidades en el inmueble, que la empresa constructora no ha solventado, por lo que se recurrirá al arbitraje.

Barbosa comentó que hasta que concluya ese proceso, el próximo 25 de agosto, definirán si deben fincar responsabilidades a la constructora, el grupo Gami, con la que han llevado una relación compleja y han debido contratar despachos de asesoría jurídica y especializados en conflictos mercantiles.

El legislador perredista aclaró que ninguna instancia del Senado manejó recursos ni intervino en la ejecución de la obra, que estuvo a cargo de un fideicomiso administrado por Banobras.

Conferencia accidentada

Fue una conferencia de prensa accidentada, ya que las cifras que dio el responsable de la Comisión de Administración, el senador priísta Raúl Pozos Lanz, parecían contrastar con las del secretario general de Servicios Administrativos, Roberto Figueroa, y con las del contralor, Marco Antonio Loaiza. Al final se explicó que algunos montos no incluían IVA y otros no eran los recientes.

Pozos Lanz debió detallar puntualmente los datos. Explicó que en construcción y equipamiento del edificio de Reforma e Insurgentes se gastaron 3 mil 311 millones de pesos; en servicios relacionados con la obra, como auditoría externa y proyecto arquitectónico, 331 millones, y otros 73 millones para asesoría legal y transparencia. A ello se suman 472 millones, lo que hace un total de 4 mil 188 millones de pesos.

Actualmente el fideicomiso para la construcción y equipamiento del Senado, a cargo de Banobras, tiene un patrimonio de 756 millones 855 mil pesos, de los que se liquidará el adeudo con la empresa, con base en lo que decida el mecanismo de solución de controversias, un arbitraje al que acudirá el Senado para dirimir el conflicto en torno a los 21 puntos pendientes.

Entre los pendientes están el sistema de circuito cerrado de televisión, el sistema de monitoreo para redes digitales, el sistema electrónico de votación, la unidad generadora de agua, la impermeabilización del inmueble, los soportes para tubería, el sistema de alimentación ininterrumpida de energía eléctrica, el sistema diésel, las escaleras de emergencia, el elevador de montacargas y las puertas de cristal, que la constructora debe reparar.

Barbosa precisó que otro de los pendientes es el helipuerto, que por ley debe tener el edificio, pero por el momento no se le dedicará ni un solo peso.

A pregunta expresa, el secretario general de Servicios Administrativos señaló que el Senado eroga más de 100 millones de pesos anuales para el mantenimiento de esta sede, la de Xicoténcatl y los demás edificios propiedad de ese órgano legislativo.