Realizan manifestaciones en Morelos, Jalisco, Tamaulipas, Michoacán, Veracruz y Sinaloa
En Guadalajara, censuran que el gobierno se limite a perseguir a un cártel sin buscar a casi 3 mil desaparecidos
Señalan madres a soldados, marinos y policías federales en Nuevo Laredo
Lunes 11 de mayo de 2015, p. 25
En el Día de las Madres, mujeres de varios estados que buscan a sus hijos desaparecidos en años recientes cambiaron las celebraciones por la indignación contra las autoridades, la determinación de seguir luchando y la solidaridad de la tristeza compartida, con una misma pregunta: ¿Cómo se puede celebrar el 10 de mayo cuando nuestros hijos no están en casa?
Unas 150 personas (madres, padres, hermanos y otros parientes, así como amigos de desaparecidos) se concentraron en la glorieta Niños Héroes de Guadalajara, donde criticaron que el Operativo Jalisco del gobierno federal se limite a desmantelar un cártel sin buscar a casi 3 mil desaparecidos desde 2006, que ubican a la entidad en el segundo lugar nacional en ese rubro.
Leyeron un manifiesto en el que señalaron: Estamos aquí porque si nosotros no los buscamos, en Jalisco nadie lo hará. Hoy todo tiene que ver con el amor que una madre es capaz de dar, ese amor que no conoce límites de búsqueda
. Recordaron que desde el pasado 18 de marzo el gobernador Aristóteles Sandoval se ha negado a darles audiencia.
En la glorieta, tapizada con pancartas y lonas con nombres, fotografías, edades, fechas de desaparición y frases de los ausentes, algunas madres, integrantes de Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos de Jalisco, contaron sus historias entre lágrimas.
Varios relatos coincidieron en que presentar y dar seguimiento a una denuncia es un calvario que extiende la victimización y que no hay avances en las investigaciones. Resumieron la respuesta de las autoridades en tres palabras: omisión, negligencia e inacción.
En Cuernavaca, Morelos, alrededor de 50 madres de desaparecidos, secuestrados y asesinados marcharon ayer para exigir a los tres niveles de gobierno que renuncien si no pueden garantizar seguridad, justicia ni paz.
La movilización se inició a las 10 horas en la iglesia El Calvario y concluyó frente a la ofrenda floral a las víctimas de la violencia, a la entrada del palacio de gobierno. Algunas manifestantes llevaban playeras estampadas con fotos de sus familiares; otras portaban mantas y flores.
Durante el recorrido, varias señoras iban llorando y apenas podían gritar consignas. Cuando pasaban junto a restaurantes en los que otras madres festejaban el 10 de mayo, algunas gritaban; ¡Este día no es fiesta, es de lucha y de protesta! ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos! ¡Ni uno, ni una más!
Celia Salinas Maya, cuya hija desapareció en agosto de 2012, sustuvo: La indiferencia e ineptitud de las autoridades no nos han derrotado. No nos vamos a callar
.
Al término del mitin en el zócalo, las madres acudieron a una misa que ofició el obispo Ramón Castro.
En Nuevo Laredo, Tamaulipas, madres de desaparecidos en operaciones de las secretarías de Marina y de la Defensa Nacional, así como de la Policía Federal, se plantaron frente a la alcaldía para exigir información.
Más que un regalo, quiero a mi hijo, quiero saber dónde está, qué le pasó, si está vivo o muerto
, expresó Isabel García de Rico, madre del joven Martín Rico García, detenido en una operación de la Marina el 5 de junio de 2011.
Tenemos testigos de que fueron los marinos, pero ellos no quieren decir qué sucedió; si es un delincuente, que lo metan a la cárcel, pero si es inocente que lo dejen libre, y si ya lo mataron, que me digan donde está el cuerpo
, agregó.
En el plantón estuvieron las madres de Luis Fernando Salas, desaparecido el 30 de mayo de 2012, y de Eva Guadalupe Camacho Basoria, ausente desde el 24 de agosto de 2011. Mi voto por mi hijo
, decía una de las cartulinas que portaban las manifestantes.
En Morelia, Michoacán, madres de jóvenes desaparecidos marcharon del estadio Venustiano Carranza al palacio de gobierno para exigir a las autoridades resultados en las indagatorias sobre más de 200 personas (entre ellas estudiantes, líderes sociales y periodistas) de quienes no se sabe nada desde 2006.
Afirmaron que las desapariciones apuntan a elementos de seguridad estatales y federales, así como a grupos paramilitares
tolerados por el gobierno.
Con la consigna 10 de mayo no se olvida
, las mujeres aseguraron que la Comisión Estatal de Derechos Humanos ha documentado más de 600 desapariciones.
En el puerto de Veracruz, Xalapa y Tuxpan, madres de desaparecidos participaron en sendas marchas para exigir a las autoridades que agilicen las pesquisas.
En la primera localidad, unas 200 personas marcharon hasta la Gran Plaza Malecón, donde soltaron globos blancos.
Las madres, provenientes de Tierra Blanca, Córdoba, Orizaba, Huatusco y Cardel, entre otros municipios, portaban lonas con fotos y datos de sus hijos.
Rosalía Castro, originaria de Huatusco y madre de Roberto Carlos Casso Castro, exigió al gobierno resultados, pues luego de tres años y cuatro meses de la desaparición de su hijo no hay avances en la indagatoria.
En Xalapa, las madres exigieron justicia al gobierno de Veracruz, a la fiscalía estatal y a la Procuraduría General de la República. Reclamaron al arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes, porque prefiere atender asuntos políticos
que defender a los familiares de desaparecidos.
En Culiacán, Sinaloa, una veintena de personas se plantaron en la plaza Obregón, junto a la catedral de Culiacán, para reclamar al gobierno la falta de voluntad para encontrar a sus hijos, padres y hermanos.
El obispo de Ciudad Juárez, Chihuahua, José Guadalupe Torres, ofició una misa dedicada a las madres de víctimas de feminicidio y desaparecidas. Luego las señoras participaron en diversas manifestaciones.
(Juan Carlos G. Partida, Rubicela Morelos, Luz María Rivera, Eirinet Gómez, Carlos Figueroa, Rubén Villalpando, Javier Valdez Cárdenas, Javier Santos y Ernesto Martínez)