La discapacidad física hace las cosas más difíciles, pero no imposibles, y menos para el arte, expresó en entrevista la pianista Teresa Landeros Castelar, quien padece poliomielitis y ofrecerá este viernes 8 de mayo un concierto en el teatro María Teresa Montoya.

Llegó desde el Centro Histórico del Distrito Federal, donde vive, hasta las puertas de La Jornada, para solicitar una entrevista.

Empezó a tocar el piano a los cuatro años; lo estudió en varias escuelas y hoy da clases particulares, por las que cobra a partir de un criterio muy mexicano: Según el sapo es la pedrada. Explicó: Esto, porque puede pasar que los ricos se ofendan si se les hace caro.

La vía pública, el mayor reto

Se transporta en silla de ruedas y tiene que enfrentar la resistencia de ciertos ciudadanos. Inclusive sufrió un secuestro exprés. Los rateros no distinguen entre discapacitados y gente llamada normal.

En el Distrito Federal, afirmó, las personas son, en general, insensibles a lo que padecen los discapacitados. Tal vez porque aquí somos muchos, mientras en provincia tienen otro trato.

“La discapacidad sólo es una condición que limita cierta parte de tu ser. Sí estás expuesto a ser alguien vulnerable, porque sí enfrentas más peligro y deterioro físico. Lo más duro ha sido ser secuestrada. No obstante, lo más riesgoso está diario, en la vía pública, con los camiones, la falta de rampas. Ahora se ha vuelto algo muy delicado para nosotros tanta bicicleta, porque hay quienes no respetan el sentido y viajan a alta velocidad. Creo que como está la urbe no es aún para las bicicletas.

Lo de la falta de las rampas es algo que yo padezco. Hay colonias donde de plano ni hay. La Roma casi no tiene. La Benito Juárez sí.

Pide se recalque el trato injusto de los taxistas, quienes piensan que un discapacitado es un enfermo terminal. “Creen que si te suben se van a comprometer. De los llamados peseros me han llegado a bajar. Por lo regular me tardo en tomar un taxi. Con las palabras expresan su menosprecio y más hacia las mujeres. Te dicen inválida con un tono peyorativo, o te llaman inútil, que no estorbes, que afeas su arquitectura, que te quites. Te desprecian.

El piano es mi defensa. Es lo que más amo. Es como el milagro de los panes: multiplica amistades, el amor. El piano me ha dado más, aunque sí sé que es muy celoso y hay que practicarlo diario.

Falta de apoyos

Otro aspecto es la falta de apoyos: El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes debería hacer más por los artistas, y éstos ya no deben asumir cierta sumisión. Los artistas suelen ser algo cobardes, no todos, claro, y no exigen más presupuesto.

Aparte de haberse presentado en diversos foros, ha tocado en kioscos y parques. No me cierro.

Ella apoya a Cultura, Arte y Vida para el Desarrollo Integral de las Personas con Discapacidad, AC, que integra unas 40 personas, pero cuyos nexos abarca a muchas más. He sido activista para defender nuestros derechos. La Comisión de Cultura de los diputados trabaja, pero las iniciativas son muy pobres. En la asociación buscamos no tanto paliativos, sino un proyecto real.

El programa que interpretará estará integrado por temas que irán de los clásicos al blues.

Teresa Landeros es egresada del Conservatorio Nacional de Música y se formó musicalmente en Nueva York e Italia.

Para comunicarsem con ella e informarse de sus cursos: [email protected].

La cita con Teresa Landeros Castelar es hoy a las 19 horas en el teatro María Teresa Montoy, ubicado en Eje Central Lázaro Cárdenas 912, entre ejes 5 y 6 Sur, colonia 2da. del Periodista. Teléfonos (55) 5674 2533, 9183 3065. La entrada es libre.