El dibujante, creador del personaje, lo dispuso como su última voluntad
En documento en posesión de La Jornada, el ilustrador pide a los mexicanos gozar de este negrito que brotó de mis lápices y que es símbolo de identidad de nuestros valores, mexicanidad y folclor urbano
Solicita que no se olvide a su familia
Miércoles 29 de abril de 2015, p. 8
Sixto Valencia, dibujante de Memín Pinguín desde 1963, como última voluntad dispuso que el pueblo de México sea dueño de la imagen del personaje. Días antes de su deceso, ocurrido el pasado 23 de abril, en un comunicado en posesión de La Jornada, el ilustrador señaló:
“Es mi gusto y voluntad dejarles un legado, ya que Memín Pinguín ha sido del agrado y reconocido por varias generaciones en nuestro país, así pues, es mi interés que se siga difundiendo el personaje como un símbolo de identidad de nuestros valores, mexicanidad y folclor urbano, por lo que yo, Sixto Valencia Burgos, les dejo como herencia a este negrito que brotó de mis lápices y que pude darle una vida e identidad propias.
¡Gócenlo, úsenlo, utilícenlo como bien les venga en gana!, que por mi parte no puedo darles ya más, pero si creen que mi familia merece una retribución económica por lo que ustedes realicen, se los agradeceré eternamente. No se olviden de mi familia y, como último favor, difundan lo que injustamente me hicieron, para que ningún abogado ni ninguna persona sin escrúpulos vuelva a abusar de los artistas y creativos; asesórense y nunca dejen de hacer lo que más les gusta, a pesar del resentimiento de la gente!
Con esas frases Valencia hizo referencia a la lucha en tribunales que entabló contra Manelick de la Parra, hijo de Yolanda Vargas Dulché, a quien se atribuye la creación literaria de Memín. El pleito derivó en un acuerdo –que De la Parra jamás cumplió–, de entregar 930 mil pesos en tres exhibiciones, a modo de pago por regalías por el personaje, y por la cesión de sus derechos, si bien con reconocimiento de su paternidad autoral
sobre Memín.
Documentos amañados
Según Valencia, con documentos amañados, lo que realmente había firmado era una carta de reconocimiento de realización de obra por encargo, donde yo desconocía mi calidad de autor
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En el documento, que puede leerse íntegro en el sitio electrónico, y que fue presentado la noche de este martes en el programa de radio por Internet Los forasteros, Valencia dijo haber sido engañado por De la Parra, así como por los abogados Mauricio Jaliffe, José Luis Caballero e incluso por su propio defensor, a quien yo creí un amigo
, Adolfo Loredo Hill. Destacó que la triste realidad es que me engañaron, me encerraron en un callejón de palabrerías aquel día en el juzgado (22 de abril de 2008)
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Agregó que desde “1992 intenté que el señor Manelick, como representante de sus hermanos (heredados en vida por su madre Vargas Dulché y por su padre, el escritor Guillermo de la Parra, autor del cómic Rarotonga), respetara el reconocimiento de paternidad autoral de Memín, como de muchos más de mis personajes; muchos fueron los intentos de llegar a un acuerdo en las juntas de avenencia, en reuniones fuera de los juzgados, pero sin una solución concreta. Ahora entiendo que sólo se hicieron para afectar mi poco patrimonio”.
Señaló: Nunca me entregaron pago alguno adicional y prácticamente se puede decir que no se me pagó económicamente con justicia. Pero quiero compartirles que siempre fui muy feliz, porque hice toda la vida lo que quise, que fue crear, dibujar y compartir con ustedes un poco de mi vocación; el dinero que nunca trabajó ni se mereció espero lo disfrute Manelick para que se contente un poco de la falta de talento y honradez que no le heredó su madre, quien siempre fue mi amiga y un excelente ser humano, a quien siempre llevé en mi corazón por ser compañera en esta aventura
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Yolanda fue leal y honesta, afirma el ilustrador
Don Sixto aclara: Cuando hice sociedad con Yolanda siempre hubo buena fe en los tratos de reconocimiento, ya que ella se caracterizó por ser una mujer leal y honesta, desgraciadamente cuando falleció (el 8 de agosto de 1999) no pudo controlar la ambición principalmente de su hijo Manelick ni la apatía de la demás familia en involucrarse y cuidar el legado que dejó, además de que me acusó. Reconozco mi error de que no tuve la visión suficiente para reconocer con su imprevista muerte el inicio de un calvario legal que no acabará hasta el último de mis días
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Al momento de su fallecimiento, Valencia poseía la imagen gráfica de los personajes de la historieta Memín Pinguín y la Ma’ Linda, como avalan los títulos de registros con los números 1330306 y 1330308 (marcas innominadas) expedidos por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial.
Valencia remató su comunicado, que se halla respaldado con un video grabado antes de su deceso, con un último adiós: ¡Hasta siempre, mi hermoso pueblo mexicano. Fue un honor haber trabajado para los mexicanos y haberles dejado un poco de la mucha felicidad que me causaba dibujar a Memín y describir sus enseñanzas, que traspasaron fronteras!