La pintora, grabadora y muralista Rina Lazo expresó que con Diego Rivera (1886-1957) no sólo aprendió a pintar, sino también a vivir. El maestro nos enseñaba qué era la vida, la belleza de la vida y de las personas. Él decía que no hay mujer fea.

Razo, alumna y ayudante de Diego Rivera, y amiga de Frida Kahlo, recordó al muralista mexicano durante la presentación de la revista anual Reflexiones del muralismo en el siglo XXI, editada por la Universidad Nacional Autónoma de México, por conducto de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, que se realizó la noche del viernes en el Museo Mural Diego Rivera.

El primer número de la publicación incluye entrevistas con artistas, familiares, restauradores e investigadores que participaron en el documental Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central: cuando la tierra tembló, que relata la realización del mural y forma parte del proyecto Los murales del sismo de 1985, coordinado por la historiadora del arte María de las Mercedes Sierra Kehoe.

Rina Lazo recordó que en Guatemala ganó un concurso para estudiar pintura en México, en la escuela La Esmeralda; allí su maestro Andrés Sánchez Flores la recomendó para ser ayudante de Diego Rivera.

De esa mañana de 1947, cuando la artista llegó al hotel del Prado, donde el muralista pintaba Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, Lazo recordó la figura oscura del artista frente a un muro blanco y, como si no hubiera pasado el tiempo, describió las indicaciones del maestro, la alegría que sintió al colorear los vestidos de algunos personajes, además de pintar los zapatos del Diego niño, aunque Rivera le dijo que lo había hecho al revés, sin comprender ella a qué se refería.

Era un hombre realmente genial, contestaba con sabiduría, sabía hablar de la ciencia, del arte, de todo. Su genio se ve en este mural, que está conservado con tanta belleza y perfectamente como lo realizó. Me deja deslumbrada pensar que se conserve como lo vi la última vez con el maestro; no perdió en nada, ni en su colorido; es perfecto, señaló la pintora.

Arturo García Bustos, pareja de Rina Lazo, también muralista, externó que su pasión por la pintura mural obedece a que es un arte que sale al encuentro de la vida. Es una pieza que no se puede llevar un coleccionista y no la tiene que comprar el espectador. El mural permite comunicarse con el pueblo.

Siglos XX y XXI, los ejes

María de las Mercedes Sierra, editora de la nueva revista, que intenta ofrecer al lector información acerca de lo que sucede alrededor de las obras murales del siglo XX y XXI, explicó que iniciaron con la de Rivera porque ya la tenían estudiada, totalmente catalogada y documentada históricamente.

“El Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble del Instituto Nacional de Bellas Artes –añadió la investigadora– nos permitió desarrollar un trabajo de catalogación histórica, que se les entregó en devedé con toda la información histórica que resguardan, con el propósito de conservar los documentos originales. A partir de esta fecha, los investigadores nacionales e internacionales que quieran consultar la información lo harán de manera digital.”

Para la historiadora es fundamental preservar, conservar y abrazar este patrimonio que dejaron nuestros maestros del siglo XX y que pertenecieron a lo más importante de la historia del arte en México, ya que por desgracia se han destruido muchos murales en el país.

En ese acto también participó el curador del Museo del Palacio de Bellas Artes, Alfredo Mantilla, quien subrayó que la pintura mural a nivel antropológico es un dispositivo de transmisión cultural que permite a una sociedad recuperar su proceso histórico.

Consideró un acierto el rescate de la memoria de la obra mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central.

La presentación de Reflexiones del muralismo en el siglo XXI, que se encuentra también en formato digital, contó con la participación del director de la FES Cuautitlán, Jorge Alfredo Cuéllar Ordaz, y del director del Museo Mural Diego Rivera, Luis Rius Caso.

En la velada se realizó la proyección de dos videos, uno sobre la vida de Rina Lazo, como un homenaje a su trayectoria en el arte, y otro sobre la FES Cuautitlán, que este año celebra su 41 aniversario.