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El filósofo francés Gilles Lipovetsky participó en la FILU, de Xalapa

Es triste que las nuevas iglesias de la humanidad sean las marcas
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 26 de abril de 2015, p. 4

Xalapa, Ver.

La grandeza del hombre no es el consumo; la grandeza del hombre es la creación, la inteligencia, el pensamiento, la solidaridad, el amor. El consumo es una cosa, pero es una cosa pequeña dentro de nuestra existencia, hay otras cosas que no son el consumo, dijo Gilles Lipovetsky durante la conferencia magistral realizada en la Unidad de Humanidades, de la Universidad Veracruzana, como parte de las actividades de la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU).

Frente a un auditorio que sobrepasó el cupo, con estudiantes de pie en los pasillos y escaleras, Lipovetsky dijo que si la humanidad ha hecho un largo recorrido para que nuestras nuevas iglesias sean las marcas y los supermercados, me parece que es algo sumamente triste. No, no es diabólico, sólo es triste, porque uno puede esperar otras cosas de la humanidad.

Gilles Lipovetsky señaló que se debe crear una civilización nueva en la que el consumo tenga su lugar, pero no el primero. Debemos reinventar un mundo en el que el deseo de consumir no sea el primer deseo del hombre, porque, desgraciadamente, esa es la situación actual. Es como si lo único que esperáramos de la vida fuera comprar marcas, hacer viajes, cambiar nuevos productos.

El filósofo francés consideró el consumo como una pasión triste, contra la que debemos luchar con pasiones que inviten a los hombres a ir más allá, a tener proyectos de vida, políticos, éticos, creativos, artísticos, de lo que quieran, pero creativos, que no sean únicamente consumidores. Debemos luchar por que la sociedad sea creativa y solidaria.

Dijo que el sabor de la vida no es escuchar la última telenovela o serie estadunidenses: “Hay que plantearnos una visión superior… ¿Cómo hacer eso? ¡Ahí los problemas se vuelven muy reales!”

Sin moralismos ni sermones, Gilles Lipovetsky propone “ayudar a los hombres a que se vuelvan más ricos de forma interior, sin decir que está mal ver la televisión o comprar, porque no sirve de nada. Hay que dar herramientas a los seres humanos para que tengan una vida más rica.

“No es criticando al turismo, o a los mercados como uno va a hacer avanzar la civilización. Eso se logra cambiando nuestras formas de trabajar, dando a las personas la posibilidad de ser más creativas, de utilizar su inteligencia; es decir, invertir en la cultura y en la educación.

Esa es la grandeza de la humanidad, no sólo denunciar, sino cambiar la relación que tenemos con la cultura. Si damos nuevas herramientas a los seres humanos, el consumo pierde importancia.

El filósofo francés dijo que hay que cambiar el sistema educativo, para dar a los jóvenes herramientas para inducirles el gusto por hacer cine, fotografía, pintura, por escribir libros y crear empresas. “Debemos ayudar a la gente a que se vuelva creadora de su existencia.

Cuando se desea crear o ayudar, el consumo se vuelve mucho menos importante.