Concursos como el de anoche, que lleva mi nombre, con polémica, gritos y emociones en la semifinal... ¡es una cosa maravillosa! Es más, permiten conocer el talento verdadero y no el que se mete a güevo en el gusto de la gente, expresó ayer en entrevista telefónica Armando Manzanero, mientras iba en carretera rumbo a su casa, en Aguascalientes.

Luego de la tormenta viene la calma. Reflexionó y expuso que prevé que en la final, a realizarse el 15 de mayo, en Mérida, Yucatán, se dé un ambiente todavía mejor para que cada quien aplauda por su favorito, de entre los 10 que fueron seleccionados.

Cundió el odio jarocho

El pasado jueves, en el Centro Cultural Roberto Cantoral, 18 semifinalistas desfilaron por el escenario, entre porras de familiares y amigos. Al anunciarse que seguía su gallo la gritería comenzaba y los que estaban por otra bandera chiflaban y coreaban en contra el clásico ¡buh! Cundió el odio jarocho natural en un concurso tan lleno de subjetividades como lo es uno de canciones.

Manzanero, aún contagiado por lo que pasó en el Cantoral, agregó: ¡Uta, qué orgullo por esta nueva generación de compositores! ¡Carajo! Si hay polémica, quiere decir que las canciones son buenas. Los tipos que las cantaron y también los arreglos... ¡Qué camada de nuevos compositores! Me quedé fascinado por la calidad del certamen. Y qué calidad de apoyo de todo mundo. Se siente la ayuda del estado de Yucatán, de (la Secretaría de) Turismo. Estoy muy inpresionado y feliz.

La semifinal comenzó en punto de las nueve de la noche y el programa se alargó dos horas, al cabo de las cuales se resolvió la semifinal del Concurso Nacional de la Canción Armando Manzanero.

Las mejores canciones

La conductora, Joana Vega Biestro, leyó los nombres de las creaciones finalistas: La del Metro, Cuando todo mundo calla, Por si vuelves, El elegante, No estás, Irresistible, La inalcanzable, Débil, Linda patria mexicana y Esperándote.

El jurado no la tuvo fácil. Se inscribieron más de 3 mil canciones y las que pasaron la criba algo tienen de especial. Los jueces fueron, entre otros, Carlos Lara, Gil Rivera, Amparo Rubín y Felicia Garza. No salieron ilesos en su función, pues no faltó quien objetara su fallo.

“La final –comentó Manzanero– va a estar muy difícil, porque las 10 canciones que quedaron tienen oportunidad. No sé cuántos premios van a ser, ¡pero... ‘uta madre!, no importa el que quede fuera. De todas maneras, esas canciones finalistas van a ser éxitos, definitivamente.

Los programas de concursos de canciones son necesarios. Cuando estaba el Fesival OTI teníamos la oportunidad de ver números y conocer compositores, e intérpretes nuevos. ¡Ojalá que eso vuelva!

–Se armó la polémica en la semifinal...

–Es natural. Debo decir que ya hay varias personas interesadas en este concurso. Es más, el resto de las canciones que no clasificaron para la semifinal tienen chance. Hay canciones impresionantemente buenas. Hay que crear un banco con esas canciones en la Sociedad de Compositores, que yo dirijo, para que dispongan de ellas quienes requieran temas. Vamos a llamarle así: un banco, un almacén de canciones.

Es necesario que demos continuidad a este concurso. Toda la gente involucrada en este festival ya está planeando el que sigue.

–¿Teme polémica amarillista, que se diga que hay favoritismos?

–Todo lo contrario. No puede haber favoritismo, porque todos los que llegaron son muy buenos. Aquí de lo único que se trata, ¡por Dios!, es de mejorar la música de nuestro país para así poder exportarla al resto del mundo. Esto va a ayudar a los compositores en general. Esto no lo quise decir la noche del jueves para no ser tan explícito. Cuando la música es buena, a como dé lugar va a funcionar, con o sin certamen, pero este concurso es necesario para sacar las canciones a flote.

La final, el 15 de mayo

“Esto es de compositores para compositores, no hay empresas privadas u otro tipo de intereses. Esta clase de concursos es necesaria para hallar nuevos valores. No se trata de que alguien grabe aunque cante de la chingada, o que esta canción va a entrar porque ‘me conviene’. A mí no me gusta ser juez. Es inmensamente agradable estar como público, porque así puedes expresar lo que sientes y no tienes que tomar en cuenta que eres dirigente de una sociedad. Este concurso llegó para quedarse.”

Juan Pablo Manzanero, organizador del proyecto, informó que la final se realizará el próximo 15 mayo, en el teatro que lleva el nombre de su papá, en Mérida, Yucatán.

Subrayó que la única intención de este concurso es apoyar al talento mexicano y darle una plataforma para impulsar su carrera de la composición.