El artista y promotor cultural obsequió copias de las Fábulas de Esopo en zapoteco
Compren, compren sus libros por 50 pesos, gritabaFoto Jorge A. Pérez Alfonso
Viernes 24 de abril de 2015, p. 6
Oaxaca, Oax.
El artista Francisco Toledo celebró ayer el Día Mundial del Libro con una jornada consistente en difundir diversos ejemplares de la Editorial Calamus, que él fundó.
Por las calles del centro histórico de la capital oaxaqueña se ofrecieron libros que normalmente cuestan 300 pesos, por única vez, en 50 pesos, además de obsequiar una copia de las Fábulas de Esopo en zapoteco, con la finalidad, expresó Toledo, de promover la lectura.
El artista recorrió el andador turístico desde el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (Iago), fundado por Toledo hace 26 años y el cual donó al Instituto Nacional de Bellas Artes el pasado enero, hasta el zócalo de Oaxaca, donde profesores de la sección 22 de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación mantienen un plantón, esto con la idea de invitarlos a una lectura improvisada.
Leer en cada esquina
Acompañado de trabajadores del Iago y del director del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, Daniel Brena, a su paso las personas compraban los libros y solicitaban a Toledo un autógrafo, quien gustoso accedía también a tomarse fotos.
Compren, compren sus libros por 50 pesos, por el día internacional del libro
, gritaba Toledo y entraba a cafeterías y restaurantes; además fue invitado a ingresar a la Biblioteca Pública Central, donde vendió otros libros de Calamus y se efectuó una lectura espontánea.
Recorrió el zócalo y vendió otros ejemplares; luego se dirigió al Centro Cultural San Pablo, perteneciente a la Fundación Alfredo Harp Helú de Oaxaca, y regresó al Iago.
Libros baratos para todos
, fue el mensaje de Francisco Toledo, pues dijo que siempre hay opciones para los lectores; al respecto, recordó la exitosa distribución de 10 mil libros de Fábulas de Esopo en municipios de Oaxaca.
El artista refirió que es necesario poner en marcha programas de lectura. Alguien debería leer en cada esquina
, con lo que se promovería ese hábito entre las personas, pero en particular en los niños.
Los títulos eran Ficticia, de María Baranda; Agradezco la noche, de Waldo Leyva; 35 sonetos, de Fernando Pessoa; y, Los momentos del agua, de Jeannette L. Clariond, entre otros.