Martes 21 de abril de 2015, p. 20
Madrid.
La investigación judicial a Rodrigo Rato y Figaredo, ex director del Fondo Monetario Internacional (FMI), será asumida por la Audiencia Nacional de España -el tribunal creado para delitos especiales, como terrorismo, tráfico de drogas y fraude bancario- en virtud de que el juez ordinario decidió inhibirse.
El magistrado Fernando Andreu deberá decidir si admite a trámite la querella y la adjunta a las dos causas que tiene abierta en su juzgado contra el político del Partido Popular (PP), relacionadas con su gestión al frente de Bankia.
El juez Antonio Serrano, titular del juzgado de instrucción número 31 de Madrid, decidió inhibirse de la causa abierta contra el ex vicepresidente del gobierno español durante los gobiernos de José María Aznar (1996-2004), en una decisión esperada, ya que Rato tiene abiertas dos causas más en la Audiencia Nacional, por lo que se pretende que se junten todas en un mismo proceso.
Rato, detenido sdurante uans seite horas el jueves pasado, tiene tres frentes abiertos. El primero está relacionado con la salida a la Bolsa de Valores de Bankia, entidad financiera que presidía y que, según los indicios recabados por la justicia, alteró sus datos contables y podría haber incurrido en un fraude masivo, que sufrieron miles de accionistas y ahorradores de preferentes. Sólo por esta causa la justicia le podría reclamar una fianza superior a los 100 millones de euros; el desfalco se calcula en 800 millones, que deberán cubrir los principales ejecutivos y consejeros de la entidad.
El segundo caso es su vinculación al uso de tarjetas de crédito opacas al fisco por parte de los ejecutivos y consejeros de Bankia cuando él la presidía, que habría supuesto un desfalco de 15 millones de euros.
Bankia, un conglomerado de cajas de ahorro, tuvo que ser rescatada con fondos europeos de más de 23 mil millones de euros. Una deuda que tendrá que pagar la sociedad española.
Y el último escándalo que estalló contra Rato es en el que se le acusa de tres supuestos delitos: blanqueo de capitales, alzamiento de bienes y fraude fiscal. Según los datos analizados por los peritos de la Agencia Tributaria y el ministerio de Hacienda, Rato creó un entramado empresarial para el que usó a diversos testaferros, incluidos familiares directos, con el fin de ocultar su patrimonio, que podría ascender a 27 millones de euros y 44 por ciento de las acciones de un hotel de cuatro estrellas en Berlín.