En aras de atraer el voto, candidatos de distintos partidos políticos rayan en lo ridículo en la actual campaña electoral. De acuerdo con el politólogo Ricardo Espinoza Toledo, han transformado el proceso de las elecciones del 7 de junio en un reality show.

Para llamar la atención de los electores, las fuerzas políticas, además de postular a figuras del espectáculo –el caso más evidente es el de Carmen Salinas–, privilegian la descalificación del adversario y, como ha sucedido en años recientes, algunos de sus candidatos recurren a modificar la letra de canciones populares, adaptados para sus eslogans de campaña.

Da la impresión de que “están usando la línea que marcan las telenovelas y los mal llamados reality shows para ofrecer resultados; sin embargo, en ese afán, caen en acciones ridículas y nos tratan como subnormales”, insistió el sociólogo de la Universidad Autónoma Metropolitana plantel Iztapalapa.

En su interés por triunfar, expresó el especialista, aquellos que modifican canciones hasta violan derechos de autor.

Es cierto que en el marco de los procesos electorales se da una suerte de política-espectáculo, pero también lo es que mucho de este espectáculo raya en lo ridículo, reiteró.

En ese escenario, criticó el papel del Instituto Nacional Electoral como censor de las descalificaciones de los partidos, pues se están tratando como un tipo de publicidad que no cae, en sentido estricto, en la calumnia, lo que genera, añadió, más confusión que información.

Además de promover el desprestigio de sus adversarios, los partidos han optado por difundir espots en los que no plantean propuestas concretas de campaña. Es el caso del PRI, cuyos anuncios giran en torno a los presuntos beneficios que han traído las llamadas reformas estructurales, como la reducción en el costo de la luz, y promete que habrá más, pero no dice cuáles serán.

En la misma situación se encuentra Movimiento Ciudadano, que tampoco ha planteado ofertas particulares de campaña. Su mensaje de televisión se centra en personas bailando una pegajosa canción que pide poner un alto a villanos, corruptos, ladrones y políticos delincuentes.

Otras fuerzas políticas sí han dado a conocer sus propuestas, pero se trata de medidas que ya están operando o se intentaron echar a andar en el pasado. El PVEM, por ejemplo, dice que creará un programa de becas para que los jóvenes no dejen de estudiar, pero eso ya funciona en la Secretaría de Educación Pública. También ofrece un vale deducible de impuestos para quienes buscan trabajo por primera vez. En el sexenio pasado se creó el programa de primer empleo.

Sobre el arreglo de canciones, uno de los casos más criticados en redes sociales es el del candidato del PRI a diputado federal por el distrito 17 de Cosamaloapan, Veracruz, Antonio Tarek Abdala Saad, para quien se adaptó la melodía Happy, de Pharrell Williams.

También está Manuel Pozo, aspirante a la presidencia municipal de Querétaro. Se promociona con la alteración de la emblemática canción de Queen We Will Rock You.

El abanderado a diputado federal por el distrito 2 del estado de México, también del tricolor, Raúl Domínguez Rex, optó por una modificación de Vivir la vida, del cantautor puertorriqueño Marc Anthony.

Su compañera de partido Sofía del Sagrario de León Maza musicaliza su campaña con modificaciones de Levantando las manos, de El Símbolo.

Por los panistas está el candidato por el distrito 1 de Guanajuato a la Cámara de Diputados, Diego Leyva, quien canta y baila la canción Un simple mortal, de Ernesto Chavana, incluyendo botas puntiagudas. Raúl García Ruiz, aspirante por el distrito 4 de Ciudad Juárez, Chihuahua, optó por una alteración de El serrucho, que interpreta Mr Black.

Jorge Luis Rodríguez Preciado, abanderado al gobierno de Colima, no se quedó atrás y hasta intenta rapear en el tema musical de su campaña.

La candidata del PRD a diputada local por el distrito 11 de Jalisco, Natalia Juárez, recurrió a un espot en el que aparece entre sábanas.