Treinta monedas
e incendió una plataforma en aguas someras del Golfo, frente a Campeche. Y vino a la memoria el recuerdo sombrío del Ixtoc y la embriaguez prepotente que llevaría al priato tardío a la ruina económica, al desplome político, al estado de coma que precede a la agonía. Ni remotamente fue José López Portillo el último Presidente de la Revolución
. Y quienes nos saquearon han vuelto a saquearnos una y otra vez.
La Pasión en Iztapalapa y la misa solemne con la que hoy Domingo de Resurrección celebra la ultraderecha el arranque de la campaña del doctor José Ángel Córdova, quien fue secretario de Salud en la docena panista y hoy es candidato del PRI, del Verde y anexas, a presidente municipal de León, Guanajuato, capital del cuero y cuna de la Cristiada. La plataforma incendiada no exploraba ni extraía, almacenaba y transformaba hidrocarburos. Emilio Lozoya Austin, director de Pemex, acudió al sitio del desastre. Al escribir estas líneas no tengo noticias de la asistencia de César Camacho a la celebración religiosa de la fantasmagórica victoria de la reacción que Juárez dijo que era moralmente imposible. Bajo el Cerro del Cubilete, la burla y ofensa a la norma constitucional, el desprecio a la laicidad, la burda violación a la norma constitucional.
Estas ruinas que ves, anticipó Ibargüengoitia. Pemex va a competir en las primeras licitaciones para exploración y explotación en aguas someras del Golfo, con las empresas extranjeras que se han inscrito y ya han sido calificadas por la Comisión Nacional de Hidrocarburos: Chevron Exxon, ENI, Ecopetrol, Mitsubishi, Shell, Statoil, Total y Petrobras. La oposición a la reforma energética se desvanece y las izquierdas del vuelco milenario disputan el botín electorero, huyen al paso de los radicales que han hecho suya la causa desesperada de los padres de los normalistas de Ayotzinapa. Los hay que se han unido al PAN, o más bien dicho, han vuelto a aliarse con la mochería para no quedarse al margen del reparto de las 30 monedas.
Da grima. El pasado 18 de marzo apareció una breve, una sola convocatoria pública a conmemorar la expropiación petrolera. La firma Cuauhtémoc Cárdenas en nombre de la familia, de los descendientes de Lázaro Cárdenas del Río. PRD y Morena callan. O se acomodan a las manifestaciones magisteriales, restos de la lucha de clases que no ha muerto ni desaparecido. Los de esas izquierdas se suman verbalmente a las manifestaciones de la Coordinadora, de los desprendidos del tronco del SNTE, con sus vertientes guerrerense y michoacana. O pudiera ser por las monedas de las nóminas que los gobernadores remiten a la SEP para que la Federación envíe los sueldos que ellos pagan. O de plano dejan que el sindicato haga las cuentas y cuente a los que quiera contar. El que paga manda, dicen los patrones. En Oaxaca manda la sección 22. El gobernador no.
Gabino Cué no es responsable de los miles de plazas que aprobó el subsecretario de Gobernación en las pláticas con los de la CNTE en Bucareli. Emilio Chuayffet ni siquiera tiene derecho a reunirse con los disidentes del Sindicato Nacional. Ahí sí hay oposición firme y militante contra la reforma educativa. Más que eso, hay franca rebelión, violación constante y permanente a lo que ordena la norma constitucional. El poder no acepta vacíos. Se depuraron las nóminas magisteriales en casi todos los estados; en enero de 2015 no se ejercieron, o no se destinaron a educación más de 5 mil millones de pesos; se detectaron desvíos por más de 11 mil millones de pesos, informa la Auditoría Superior de la Federación. Culpa de los maestros, dicen los medios de comunicación de la oligarquía. Pero hay que ver la manipulación del dinero que hacen los gobernadores: ahí tienen, los obsesionados con el combate a la corrupción, una prueba del mal manejo de los recursos que se hace en los estados.
Hoy domingo empiezan las campañas para elegir en todo el país a 500 diputados federales, nueve gobernadores, 903 presidencias municipales, 639 diputaciones en 18 elecciones locales. Dos mil 179 cargos de elección popular. Y más de 13 millones de espots transmitidos por la radio y televisión concesionarias del Estado. Del que paga, con la mejores intenciones, el empedrado del camino al infierno. Al PRI, el PAN y el PRD les toca un mayor porcentaje de las 97 mil horas de propaganda en el alud de los 60 días de campañas. Treinta por ciento para el PRI, en cuenta las que corresponden a su aliado el PVEM; 18 por ciento al PAN y 13.8 por ciento al PRD. A cada uno de los partidos lo equivalente a la votación obtenida en la pasada elección.
A los ciudadanos, la amenaza de saturación de estulticias. Pero la propaganda electrónica es como las llamadas a misa. Basta apretar un botón para borrar la imagen, acallar el sonido. Al iniciar las campañas y silenciar la propaganda gubernamental, con la veda impuesta por la desconfianza de tahúres, empieza la marcha de sonámbulos rumbo al abismo. Se diría que los que hacen política en esta era de cambios disputan únicamente las 30 monedas del poder por el poder mismo; que nadie ha encontrado la manera de pasar de los ajustes y reformas electorales para lograr la alternancia en el Poder Ejecutivo y el juego de sillas musicales en la pluralidad de partidos políticos. Del cambio de régimen, ni hablar. Todos hablan el lenguaje tabernero del priato tardío; imitan alegremente la complicidad entre opuestos, hacen política para hacer dinero, aspiran al poder para disponer como propios de los recursos públicos.
Y sin embargo, hay que votar. Con esos bueyes hay que arar. En Guerrero y en Michoacán se alzan voces que exigen suspender las elecciones constitucionales. No niego su derecho a repudiar la locura del método. Pero ni los más obcecados piden que no haya elecciones: dicen que ellos ya se han hecho cargo de designar, alguno diría elegir, a quienes serán sus representantes auténticos, legítimos, de entre sus compañeros de comunidad y de barrios. Amargo discurso de una presunta democracia directa en oposición a la democracia representativa; en la que nadie los representa, nadie es auténtico representativo de los de abajo, de los marginados y explotados. Amarga por la dosis de verdad que encierra. Pero sobre todo porque es el retroceso a la tiranía tribal, el abandono del Estado mismo que sus explotadores se han propuesto desmantelar, desaparecer.
A la mitad del sexenio, elecciones de nueve gobernadores y de 500 diputados federales que todavía no han sabido, o no han podido, exponer un proyecto de proceso, un concierto de voluntades políticas que indiquen el camino, el rumbo propuesto. Aparte del rechazo de los marginados, topan ahora con las dudas de los analistas y arúspices, de la clase charlista y los del ábaco para sumar y restar posibilidades, cifras, cifras, cifras. Hay aparente acuerdo en que será muy baja la votación. Más de lo habitual en las que no son para elegir titular del Supremo Poder Ejecutivo de la Unión. Que habrá voto de castigo, es la opinión generalizada. Pero nadie, casi nadie, dice si el castigo consistirá en el voto en contra del PRI, o del PAN, o del PRD.
El Golfo en llamas y una misa solemne al pie del Cerro del Cubilete, mientras los mensajeros de Morena y los del PRD se arrojan lodo y se acusan de vicios viejos que antes atribuían al PRI. Así no hace falta voto de castigo. Gane quien gane, será como el tormento de Tántalo; tortura generalizada que dijera el enviado de la ONU.