Hace tres días la instalaron frente a su plantón en el AICM
Han recibido el apoyo de ex compañeros de trabajo y usuarios de la terminal
Miércoles 1º de abril de 2015, p. 35
A tres días de inaugurar una cafetería en el plantón permanente que sostienen desde hace un año y nueve meses frente a los mostradores de Mexicana de Aviación, en demanda del pago de sus pensiones, trabajadores jubilados de la aerolínea señalaron que prevalece el apoyo de amigos y ex compañeros de trabajo.
Han venido pilotos, personal de tierra y otros sobrecargos a apoyarnos, así como locatarios, pero sobre todo los usuarios de la terminal aérea, que en su mayoría siguen identificándose con la firma
, dijo Vicente González, quien con otras trabajadoras en retiro atiende el establecimiento con su uniforme de sobrecargo.
Luego de 21 meses en el campamento dejamos de ser atractivo visual, ya no llamábamos la atención de la gente y autoridades, estábamos invisibles. Dejamos de recibir apoyo y es imposible vivir de las monedas que la gente generosa nos da. Con la apertura de la cafetería sacamos algo de dinero para sobrevivir; además, los pasajeros ven la iniciativa con mucho agrado y conviven con nosotros.
Fuera del campamento, donde se encuentran docenas de carteles y lonas con sus demandas, los sobrecargos colocaron una manta que dice: Pasa, te invitamos un café y agradeceremos tu donativo
. Además de la bebida ofrecen pan de dulce, cacahuates y dulces. De acuerdo con Rogelio Martínez, quien junto con Cecilia Bertrand se instaló en plantón en 2013, no se descarta que más adelante vendan playeras y otros objetos con el logotipo de Mexicana.
A un costado del establecimiento improvisado dispusieron siete mesas con sillas tipo lounge bar, para que los turistas se sienten a degustar café y alimentos.
Carmen Gabriela y sus amigos fueron de los primeros pasajeros que se animaron a consumir café y donas. Ella señaló que es una irresponsabilidad de los directivos de la aerolínea y de las autoridades dejar en la calle a más de 750 jubilados que durante años trabajaron y ahora, en lugar de descansar en sus hogares, tengan que pelear sus jubilaciones.