Martes 31 de marzo de 2015, p. 20
Londres.
El primer ministro británico David Cameron realizó lunes una visita de cortesía a la reina Isabel II, y luego lanzó un muy descortés ataque contra su principal adversario político al iniciar este lunes formalmente la campaña para la elección más impredecible en décadas en Gran Bretaña.
La audiencia real —posiblemente la última de Cameron como primer ministro— ocurrió mientras el Parlamento de Gran Bretaña era disuelto oficialmente de cara a las elecciones del 7 de mayo.
Encuestas, corredores de apuestas y observadores políticos dicen que la elección está demasiado reñida para escoger a un ganador, y se considera que ningún partido ganará la mayoría en la Cámara de los Comunes.
Es probable que se forme un gobierno de coalición, y los partidos más pequeños —como los nacionalistas Escocés y Galés, los Verdes y los que se oponen a la Unión Europea— podrían controlar el balance de poder.
Esta es la elección más impredecible que hayamos visto en nuestra vida
, dijo Nigel Farage, líder del antieuropeo Partido Independencia de Gran Bretaña, el cual ocupa actualmente el tercer lugar en las encuestas. Todo es posible
.
Aunque temas como la Unión Europea y la inmigración tendrán un papel importante en la campaña, tanto el Partido Conservador de Cameron como su principal oposición, el Partido Laborista, se están enfocando en el tema de la economía.
Cameron dijo que una victoria laborista traería caos económico
y amenazaría la recuperación británica.
La deuda aumentará y se perderán empleos como resultado
, agregó.
Al hablar afuera de su oficina en el número 10 de la Calle Downing después de reunirse con la reina en el Palacio de Buckingham, Cameron dijo que cuando tomó el cargo en 2010, Gran Bretaña estaba al borde
.
Ahora, agregó, Gran Bretaña está de nuevo de pie
y creciendo más rápido que otras economías del G-7.
Pero el líder laborista Ed Miliband argumentó que para muchos votantes la recuperación se siente como si estuviera ocurriendo a otros, en otro lugar
. Él inició su campaña con un discurso dirigido a asegurar a los empresarios que el Partido Laborista no incrementará los impuestos y la burocracia.