Sábado 28 de marzo de 2015, p. 8
La banda estadunidense Limp Bizkit armó una gran fiesta en su concierto en la ciudad de México.
A pesar de la hora de retraso de este show, la agrupación de Florida, Estados Unidos, dejó satisfechos a sus 7 mil fanáticos mexicanos –según organizadores–, que llegaron al Pepsi Center WTC.
Apaguen las luces; gracias por recibirnos en su casa, vamos a empezar a rodar
fueron las primeras palabras de Fred Durst, vocalista del grupo, e inmediatamente abrieron con el tema Rollin. La euforia estuvo presente en este sitio desde el principio, durante hora y media.
En esta pieza, los fieles al grupo, que además celebró dos décadas de trayectoria y que se presentó a finales del año pasado en el festival Hell and Heaven en esta ciudad, no dejaron de brincar.
Amamos venir a México
¿Qué pasa, hombres? Quiero oírlos allá arriba; ahora a los de abajo. Esta noche será loca
, dijo el cantante, quien presentó a sus colegas: Wes Borland (guitarra), Sam Rivers (bajo), John Otto (batería) y diyéi Selektor (tornamesa).
¿Se sienten bien esta noche? Ustedes son los mejores; muchas gracias por recibirnos en su casa, es muy especial estar aquí. Amamos venir, así que haremos una gran fiesta
, prometió Durst, quien lució una gorra azul cielo y sudadera gris.
Quiero decir algo a todas las chicas: las amo
, lanzó el cantante para después seguir con My generation, Nookie, Hot dog, Livin’it up, Eat you alive, Bring it back.
Luego sonaron Gold cobra, My way, Faith, Boiler, Behind blue eyes y Take a look around.
“Necesito su ayuda, en serio es importante. Escuchen, no vamos a tocar Break stuff, es su casa lo siento”, refirió Durst, por lo que sonaron reclamos del público, pero de repente sonaron los primeros acordes de ese tema, con el que cerró el grupo.
Al final, Fred Durst se despidió: Ciudad de México fue un placer estar aquí
.