París.

España e Inglaterra dieron un paso importante ayer hacia la fase final de la Eurocopa de Francia 2016, con sus victorias respectivas ante Ucrania (1-0) y Lituania (4-0), en la quinta jornada de las eliminatorias, marcada por los incidentes que obligaron a suspender el partido entre Montenegro y Rusia.

El encuentro de Podgorica elevó la tensión: primero con una bengala que salió de las gradas e hirió al arquero ruso Igor Akinfeev, y luego con un enfrentamiento entre jugadores, acompañado del lanzamiento de objetos. Tras esos incidentes el árbitro decidió la suspensión definitiva al minuto 66, cuando el marcador era 0-0.

En espera de la decisión de la UEFA sobre las sanciones, en los duelos que sí se jugaron la victoria española sobre Ucrania tiene gran valor al llegar ante uno de los rivales más fuertes de su grupo C, del que se distanció a tres puntos en la clasificación de una llave que continúa encabezando Eslovaquia, que ganó 3-0 a Luxemburgo.

España llegó a 12 puntos en su sector tras el gol de Álvaro Morata al minuto 27.

En el primer tiempo jugamos bien y tuvimos oportunidades. En el complemento bajamos la intensidad y los dejamos que mandaran en el partido. Ese segundo tiempo me dejó mal sabor de boca, confesó el técnico español, Vicente del Bosque.

En el caso de los ingleses, su panorama está más despejado y el equipo acumula cinco triunfos en otros tantos partidos de la llave E y están al frente con 15 puntos, seis más que Suiza (segundo) y Eslovenia (tercero), que superaron por su parte a Estonia (3-0) y San Marino (6-0).

En el otro sector, el G, Austria humilló 5-0 a la modesta Liechtenstein y continúa a la cabeza, ahora con 13 puntos. Segundo marcha Suecia (nueve) tras su victoria 2-0 en Moldavia, con doblete de Zlatan Ibrahimovic.

El cotejo de Podgorica apenas comenzaba cuando un hincha local arrojó una bengala que impactó en la espalda de Akinfeev, cerca de la cabeza, lo que motivó que el arquero cayera desplomado en el campo.

De inmediato fue atendido y conducido en el carrito médico, al tiempo que el árbitro alemán Deniz Aytekin envió a los jugadores de las dos selecciones a los vestidores.

Después de 35 minutos, el silbante reanudó el encuentro, y al 66 lo suspendió de manera definitiva.