Sábado 28 de marzo de 2015, p. 3
Mira el árbol gris. Fluyó
el cielo
por sus fibras hasta la
tierra
–una nube arrugada sólo
queda
cuando bebió la tierra.
Espacio
robado se retuerce en
trenza de raíces,
se trama en verdor. Breves
instantes
de libertad se alzan de
nosotros, remolinean
por la sangre de las Parcas
y aún más allá.