Viernes 27 de marzo de 2015, p. 12
La actitud del nuevo presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez, frente al caso Ayotzinapa da elementos para confiar en que desde este organismo no habrá concesiones ante las graves violaciones a garantías fundamentales, sostuvo Alberto Herrera Aragón, ex director de Amnistía Internacional México e integrante de DH Consulta.
En el foro #1PreguntaXAyotzinapa, organizado por estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, el activista indicó que el nuevo ombudsman ha mostrado una actitud diferente a sus antecesores, particularmente a Raúl Plascencia.
Dijo que en periodos anteriores la confianza en la CNDH era de 80 por ciento de desilusión y 20 por ciento de esperanza. Pero hoy, con González Pérez, los porcentajes se han revertido.
El ataque contra los normalistas de Ayotzinapa, dijo, ocurrió en septiembre, el nuevo ombudsman tomó posesión a finales de noviembre y semanas después creó una unidad de investigación en la CNDH para ese caso. Con Plascencia jamás lo hubiera esperado, por ello a González Pérez hay que darle el beneficio de la duda
.
Herrera Aragón manifestó que los organismos públicos de derechos humanos deben ser capaces de señalar lo que el poder político no quiere escuchar, o de lo contrario no sirven a la sociedad. Por eso aplaudió la actitud que González Pérez asumió el miércoles frente al titular del Ejecutivo federal, Enrique Peña Nieto, durante la presentación del informe de labores 2014 de la CNDH.
“Le dijo cosas desafiantes sobre el caso Ayotzinapa. Una, que el caso no está cerrado, y decirle eso al Presidente es un desafío, es lo que esperamos del ombudsman. Seguro no fue nada cómodo para Peña Nieto escucharlo. También planteó que se trata de un caso de desaparición forzada, y eso es importante porque la Procuraduría General de la República no elaboró la investigación sobre esa base, sino por homicidio”.
Externó su esperanza en que en éste y otros casos la CNDH asuma un papel más activo y crítico sobre la labor del Ejército y las violaciones en que incurre.