La pintura mural prehispánica en México abarca dos volúmenes y un catálogo de fotos
El trabajo científico comenzó en 2007 y lo publica el Instituto de Investigaciones Estéticas
Martes 24 de marzo de 2015, p. 5
Este año recurre el 40 aniversario del descubrimiento de Cacaxtla, cuando, accidentalmente, pobladores de San Miguel del Milagro encontraron uno de los murales prehispánicos que darían pie a uno de los mayores descubrimientos arqueológicos mesoamericanos del siglo.
Con el tiempo surgen problemas notables denunciados desde el pasado verano por el gobierno de Tlaxcala, que muestran un importante deterioro de las pinturas por humedad y erosión eólica. La techumbre del Gran Basamento fue, desde un inicio, una medida parcial para el desgaste ambiental del sitio, respecto de una solución definitiva, de un edificio cerrado y climatizado, pero costoso.
Mientras este tema delicado deberá enfrentarse para la completa salvaguarda del lugar, un grupo multidisciplinario de investigadores de la UNAM y de universidades extranjeras ha llevado a cabo desde 2007 una labor científica que ha renovado los estudios de Cacaxtla, difundidos a través de un seminario y una publicación que corresponde a otro trabajo (Altiplano Central) del proyecto La pintura mural prehispánica en México fundado, hace más de 25 años por Beatriz de la Fuente, ahora dirigido por María Teresa Uriarte y publicado por el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.
Apreciación inédita
El estudio se compendia en dos gruesos volúmenes (2013) y un catálogo que saldrá este año, cuyas imágenes, gracias a las reconstrucciones digitales, permiten apreciar los murales como no había sido posible hasta ahora, y como muy probablemente las vieron sus habitantes
, como apunta José Narro Robles en la presentación del volumen.
La historiadora del arte Claudia Brittenham, quien participó en el proyecto con el ensayo Los pintores de Cacaxtla, afirma para La Jornada: “Cacaxtla se descubrió en los años 70 del siglo pasado, despertando un intenso interés por esta cultura, renovado a finales de los años 80, cuando con la construcción de la techumbre se descubrieron nuevas pinturas que vieron nacer publicaciones excelentes desde el punto de vista del análisis iconográfico, pero que dejaron un vacío sobre preguntas básicas, como la relación entre Cacaxtla con Teotihuacán y la zona maya.
“Actualmente –continúa–, Cacaxtla está pasando por un muy feliz momento: además de La pintura mural, se publicó el estudio del arqueólogo Andrés Santana, quien ha trabajado en el sitio por 20 años, así como mi propio libro sobre la iconografía de los murales publicado en enero (The Murals of Cacaxtla: The Power of Painting in Ancient Mesoamerica)”, concluyó.
Existe también un proyecto de Conaculta y del gobierno del estado que pretende integrar a Cacaxtla en un circuito turístico cultural prehispánico, que lo unirá con la cercana Xochitécatl a dos kilómetros de distancia, mediante un andador.