El penalista Marco Antonio del Toro, abogado de Elba Esther Gordillo Morales, sostuvo que funcionarios de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido) usan pretextos para evitar que los defensores de la maestra puedan interrogar al testigo protegido de la Procuraduría General de la República (PGR), Érick Salvador Rodríguez García, quien por séptima ocasión no se presentó a la diligencia programada en el juzgado sexto de distrito de procesos penales federales.

En entrevista, el litigante dijo que el juez Alejandro Caballero Vértiz tuvo que suspender el interrogatorio de último momento, pues media hora antes de que comenzara la diligencia llegó un escrito de la Seido en el que se informó que el testigo está enfermo.

Por séptima vez no se presenta y ahora se adujo, mediante oficio que la Seido remitió al juzgado 30 minutos antes de iniciar la diligencia, que el testigo protegido fue internado en un hospital y que remitía en esta ocasión, en sobre cerrado, el supuesto informe médico para que no fuera mostrado ni a la defensa, refirió Del Toro.

Añadió que una vez, se entiende; dos, es posible; tres, quizá; cuatro, lo hace sospechoso; cinco o más, como ocurre en este caso, permite concluir que no lo quieren llevar.

Érick Salvador Rodríguez García se convirtió en testigo protegido de la PGR y ha declarado contra Gordillo Morales en el juicio abierto contra la maestra por lavado de dinero y delincuencia organizada.

Según el abogado de la maestra, la Seido no ha notificado al juzgado que Rodríguez tenga algún padecimiento permanente que le impida asistir al juzgado, es decir, no existe constancia de alguna enfermedad crónica o degenerativa que padezca el testigo.

No obstante, aclaró Del Toro, en las siete ocasiones que ha sido citado para que sea interrogado por los defensores de Gordillo, a última hora el testigo presenta un oficio donde informa que se enfermó el día previo a la audiencia.

Agregó que el testigo, ahora con el respaldo de la Seido, ha dicho que padece todo tipo de enfermedades.

Resulta lamentable, por decir lo menos, que este tipo de prácticas sean llevadas a cabo con la tolerancia del juzgador, sostuvo el penalista.