El laboratorio está instalado en una de las laderas del volcán Sierra Negra de Puebla
Su capacidad, 20 veces más potente que los instrumentos que existen hasta ahora en su campo, atraerá científicos de alto calibre
del mundo
Se avanzará en el conocimiento de la aniquilación de la materia oscura, señaló el especialista Peter Mészáros, de la Universidad de Pensilvania
Viernes 20 de marzo de 2015, p. 2
Con potencial para hacer descubrimientos revolucionarios
, el Observatorio Nacional HAWC de Rayos Gamma (High Altitude Water Cherenkov) atraerá científicos de alto calibre
de todo el mundo, pues es una instrumento científico 20 veces más potente que los desarrollados hasta ahora en su campo, afirmaron expertos en astrofísica.
Se trata, dijeron, de uno de los instrumentos más avanzados para el estudio de las altas energías generadas en el universo, y permitirá explorar una región del espectro electromagnético totalmente desconocida hasta ahora.
Históricamente cada vez que se abre una ventana hacia el cielo se hacen descubrimientos
, aseguró Roger Blandford, investigador de la Universidad de Oxford y experto en el estudio del universo, quien destacó la labor realizada por sus pares mexicanos para el desarrollo del proyecto, el cual concluyó conforme a su planeación original y con un costo estimado de 15 millones de dólares.
En entrevista con La Jornada, afirmó que el HAWC es uno de los observatorios más sensibles y más grandes
en el planeta. Destacó que su operación ubica a México entre las naciones con capacidad para realizar investigaciones científicas de vanguardia, no sólo por la capacidad de inversión, sino porque tiene los recursos humanos que lo hacen posible.
Luego de tres años destinados al desarrollo del proyecto y cuatro a la fase de construcción, se abre la posibilidad, dijo, de profundizar en el estudio de los hoyos negros, los núcleos activos de las galaxias, los brotes de rayos gamma –radiación electromagnética de muy alta frecuencia– y rayos cósmicos (protones y núcleos atómicos que viajan a gran velocidad), producto de eventos como el choque de dos estrellas de neutrones o las explosiones de una supernova.
Instalado en una de las laderas del volcán Sierra Negra, de Puebla, muy cerca del Gran Telescopio Milimétrico –lo cual permitió utilizar su infraestructura de caminos, red eléctrica y fibra óptica–, el HAWC es considerado el observatorio más avanzado de su tipo, pues es capaz de detectar partículas y radiación billones de veces más energética que la luz visible.
Su propósito es estudiar continuamente el universo de rayos gamma de muy alta energía, ya que al estar ubicado a más de 4 mil metros sobre el nivel del mar y tener un campo de visión de 120 grados centrados en el cenit, puede explorar dos terceras partes de la bóveda celeste.
Esfuerzo binacional
El observatorio, en cuyo proyecto participaron más de 100 científicos, cuenta con 300 detectores de Cherenkov, los cuales miden 4.5 metros de altura y 7.3 metros de diámetro, y contienen cerca de 200 mil litros de agua ultrapura, así como cuatro detectores de luz de muy alta sensibilidad, diseñados por expertos mexicanos.
Antes de la inauguración oficial del HAWC, Peter Mészáros, experto de la Universidad Estatal de Pensilvania, destacó que gracias al observatorio se podrá avanzar en el conocimiento de la aniquilación de la materia oscura, fenómeno que ha generado gran interés en la comunidad científica mundial, por lo que se tiene la oportunidad de realizar contribuciones singulares
.
Destacó que debido a las características únicas del observatorio, impulsado como un esfuerzo binacional de instituciones y centros de investigación científica de México y Estados Unidos, especialistas de Europa, África del sur, Japón y China han mostrado interés en esta tecnología y lo que puede aportar al estudio de la astrofísica.
Reunidos en la HWAC Jornada Científica, convocada por el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (Inaoe), Mészáros destacó que el nivel de la astrofísica mexicana ha tenido enorme desarrollo en los 20 años pasados
. Además, dijo, hay científicos y estudiantes graduados que vienen de otras partes del mundo a México para estudiar y doctorarse aquí.
Afirmó que nuestro país ha llegado a un nivel en el que es capaz de atraer gente de calibre muy alto en el desarrollo científico, lo cual puede ser muy benéfico a la sociedad, no sólo para la cultura científica, sino también para su economía
, puntualizó.