no debeser igual en cada país
Viernes 13 de marzo de 2015, p. 39
En México, como en el resto de América Latina y el Caribe, el proceso de evaluación docente comparte los mismos retos. Entre ellos, aprender a identificar cuál es su verdadero rol y no sobredimensionarlo, porque si las evaluaciones sólo se usan con fines de responsabilización y no se les asigna también un papel formativo, no va a cumplir el objetivo de ser una herramienta para mejorar la educación
, afirmó Jorge Manzi, director general del Centro de Medición (MIDE) de Chile.
Al participar en el segundo Congreso Latinoamericano de Medición y Evaluación Educacional (Colmee), que se realiza en la capital del país del 12 al 14 de marzo, enfatizó que no existe en el mundo un modelo único de evaluación docente, por lo que es necesario identificar el contexto de cada país para elegir el sistema más adecuado. Conocemos las reglas generales, pero la aplicacion varía
, dijo.
Manzi, profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile y especialista en sicología social, advirtió que cuando uno pone mucha presión en los sistemas de evaluación y les asigna consecuencias muy altas, hay un gran riesgo de que se distorsionen los procesos de enseñanza. Las personas se concentran más en que los resultados sean buenos, antes que en el hecho de que efectivamente generen frutos
.
Agregó que para evitar que se pervierta el esquema de evaluación también se requiere tener conciencia en el momento en que los legisladores deciden, así como en la aplicación (del proceso), para tomar todos los resguardos, a fin de minimizar riesgos
.