Economía
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78 Convención Bancaria/ Luis Peña Kegel, Director General y Presidente del Consejo de HSBC México
Sistema de prevención de lavado, de los más avanzados del mundo

Blindamos la banca para que actores inadecuados no se infiltren

Asegura el directivo que la filial del banco inglés logró controles para que su operación evite el flujo de recursos de procedencia ilícita. Asimismo, llama a evitar los excesos ante la rapidez del crecimiento del crédito a fin de evitar crisis como la de 1994-1995

 
Periódico La Jornada
Viernes 13 de marzo de 2015, p. 27

Los sistemas de prevención de lavado de dinero que ha logrado instrumentar la banca en México son de los más avanzados del mundo. Lo digo de verdad, afirma Luis Peña Kegel, director general y presidente del consejo de HSBC México, institución que enfrentó en 2012 la acusación, en Estados Unidos, de haber blanqueado miles de millones de dólares a narcotraficantes mexicanos.

La filial mexicana de HSBC, sostiene, logró poner en marcha controles para que su operación sea segura y evitar el flujo de recursos de procedencia ilícita.

La próxima semana, Luis Peña Kegel –quien ha dirigido HSBC por siete años– se convertirá en uno de los vicepresidentes de la Asociación de Bancos de México, durante la 78 Convención Bancaria, en el puerto de Acapulco.

Peña Kegel destaca, en una entrevista con La Jornada, la rapidez con la que ha crecido el crédito de la banca en general en los últimos años. Pero llama a evitar los excesos. Decimos que el crecimiento del crédito debe ser vigoroso, pero no debe llevarnos a excesos de otros ciclos de expansión que derivaron en episodios de crisis, como el muy célebre de 1994-1995.

–¿Qué ha hecho el banco para reforzar sus controles?

–Los acontecimientos que tuvieron que ver con nuestro banco de operaciones con recursos de procedencia ilícita tuvieron su origen en transacciones de 2002 a 2007. HSBC reformó, a partir de 2009, de manera integral la forma como opera. Tratamos de quitarle el riesgo al banco para asegurarnos, en la medida de lo posible, que no nos vuelva a pasar. Por eso no operamos dólares en efectivo en las sucursales, tenemos un control estricto de nuestros clientes y multiplicamos por seis, de 50 a 320 personas, el área especializada en detectar operaciones con recursos de procedencia ilícita. También hemos invertido en sistemas y hecho una inversión muy seria para asegurar que el banco opere de una forma muy diferente a como lo hizo esos años. Nos sentimos muy cómodos con los controles que hemos puesto.

–¿Han funcionado?

–Bastante bien. Tenemos casi 5 millones de clientes y es difícil saber lo que hacen las 24 horas. Por eso hemos puesto bastantes controles para monitorear desde que uno de ellos entra al banco hasta que realiza una transacción. Lo que llamamos la primera línea de defensa son nuestros ejecutivos en las sucursales que están de cara al cliente. Es la mejor arma para detectar operaciones con recursos de procedencia ilícita. Hacemos un perfil de cada cliente, le preguntamos sobre su negocio, qué tipo y cuántas transacciones realiza y visitamos su negocio. Cuando hace una operación que brinca, que no necesariamente es ilegal, nos ponemos en contacto con él y hacemos la aclaración. Es el tipo de controles que hemos puesto para hacer un banco seguro.

–¿Los controles afectan o interfieren o retrasan los servicios del banco?

–Los clientes lo entienden porque también les gusta estar en un banco en el que se sienten seguros. Adicionalmente, muchos bancos en el sistema están operando en una forma parecida a nosotros. Este no es un fenómeno único. Creo que el sistema de normatividad y control de lavado de dinero que tiene la banca en México, lo digo de verdad, es de los más avanzados del mundo. No es que un cliente se vaya al banco de al lado porque aquí le hagan muchas preguntas. Nuestros competidores hacen algo similar en sus controles. En ese sentido, estamos blindando al sistema para asegurarnos de que los actores inadecuados no se infiltren. Tenemos la obligacion de protegernos unos a los otros.

–El mes pasado, cuando se conoció que una filial en Suiza de HSBC tenía depósitos de ciudadanos de varios países, entre ellos México, a resguardo de autoridades fiscales, el director mundial del Grupo, Stuart Gulliver, fue citado en la prensa diciendo que la filial mexicana tenía de uno a dos años para demostrar que podía generar valor antes de tomar una decisión. ¿A qué se refería?

–A lo que se refería es que cuatro países que son prioritarios para el grupo: Turquía, Brasil, México y Estados Unidos, que están dentro de la lista de 20 mercados prioritarios, existe interés de que sean más rentables de lo que son hoy. Después del periodo de disminución de riesgo, estamos ahora en un periodo de crecimiento. Entonces, tenemos que demostrar al grupo que podemos rentabilizar las operaciones de México para que mejoren respecto de los números que mostramos en 2014. Los planes han ido mejor cada mes.

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Luis Peña Kegel, director general y presidente del consejo de HSBC, en entrevista en el edificio sede de la instituciónFoto Guillermo Sologuren

–¿No debe entenderse, entonces, como una posibilidad de salida del país?

–Exactamente. No hay ningún plan de desinversión (salida). Lo que el banco quiere hacer es que estos cuatro países, que son prioritarios y en particular México y Estados Unidos por estar muy conectados, sean mercados rentables.

–¿Qué ha hecho HSBC en México para lograr esa mayor rentabilidad?

–Uno de los puntos nodales de la banca es el crédito. El año pasado, la economía creció 2.1 por ciento; el crédito del sistema bancario lo hizo 10 por ciento y el de HSBC en particular 14 por ciento. Crecimos mucho más que la competencia en crédito a empresas medianas y grandes; y en el mercado de capitales, pero nos fue menos bien en créditos al consumo, hipotecario y a pequeñas y medianas empresas. El plan concreto es crecer más rápido en pymes, en financiamiento hipotecario y en crédito al consumo. Tenemos tasas de crédito hipotecario de 8.45 por ciento fija a 20 años; de 7 a 9 por ciento a pequeñas y medianas empresas; y de 18 por ciento para personas que traigan su deuda de tarjeta con otro banco por la que ahora pagan 40 o 45 por ciento.

–¿El menor crecimiento en hipotecas y crédito al consumo fue resultado del lento desempeño de la economía?

–Fue parte de la situacion económica, pero también de estrategia comercial. Fui a visitar una planta automotirz en Aguascalientes, de 4 mil 500 empleados, donde tenemos la nómina. Platicando con los obreros les pregunté cómo se sienten atendidos por nuestro banco. Dijeron que muy bien. Pero también dijeron que estaban batallando porque nuestro banco les rechazaba algunas solicitudes de crédito con el argumento, erróneo de nuestra parte, de que no tienen un historial. Y hay una gran diferencia entre no tener historial y tener uno negativo. La persona que tiene la costumbre de no pagar es mal negocio prestarle, porque no va a pagar. Pero si la persona no tiene historial de crédito porque nunca ha sido cliente de un banco, tiene 21 años y acaba de estudiar una carrera técnica y es usuario de la banca por primera vez, eso no es un historial negativo. Lanzamos un producto para los clientes que no tienen un historial de crédito con la banca y nos está yendo muy bien. Es de las cosas que estamos haciendo diferente este año.

–¿Cuál es la situación de la banca en estos momentos?

–El reto que tiene la banca es muy sencillo: seguir incrementando la penetracion de la cartera crediticia. La reforma financiera ha ayudado en ese sentido. En 2014, el crédito fue equivalente a 29 por ciento del producto interno bruto. Hace dos años era 25 y tenemos la meta de llegar a 40 cuando termine este gobierno.

–¿Cree posible incorporar a más personas y pequeñas empresas como usuarios de servicios bancarios?

–Sí. Todavía mucha gente en México está en la economía informal y se tiene que convencer que ser parte del sistema financiero es bueno para su familia, le da acceso a crédito. Con un crédito hipotecario una familia puede comprar, con las tasas actuales, la casa que ahora renta. En México se forman alrededor de 900 mil familias al año y dos terceras partes de la población tiene menos de 35 años.

–Por las experiencias que ha tenido el país, ¿cómo se puede dar la expansión del crédito sin que se afecte la solidez del sistema financiero y las finazas de los deudores?

–Cuando decimos que el crecimiento del crédito debe ser de doble dígito, vigoroso, no debe llevarnos a excesos de otros ciclos de expansión del crédito que derivaron en episodios como el muy célebre de 1994-1995. Existían 18 bancos y 14 fracasaron y el gobierno federal asumió la cartera, el famoso Fobaproa. Tenemos que evitar que pase eso. En esa crisis financiera las tasas de créditos hipotecarios, que eran variables, pasaron de 15 a 105 por ciento de un día a otro. Un choque de esos no lo veo en México, por supuesto, pero si llegara a ocurrir una subida de tasas abrupta, hoy los créditos hipotecarios son a tasa fija de 8.45 por ciento, en el caso de HSBC. Nunca sube la mensualidad pase lo que pase.

–¿Qué debe hacerse para que la expansion de crédito sea ordenada?

–Los bancos tenemos que dar crédito con cuidado. No tenemos que ir a segmentos donde sabemos que no nos van a pagar. Cuando me preguntan cuál es la política de HSBC para el mercado informal, la respuesta es fácil: no lo atendemos. Es el tipo de cosas en las que debemos tener cuidado, no irnos de bruces a mercados que son muy riesgosos.