Hace casi 11 meses falleció Gabriel García Márquez (1927-2014), sin embargo su obra sigue viva más allá de los libros.

Durante el homenaje al Nobel de Literatura colombiano realizado en la primera jornada de la Feria del Libro UANLeer 2015, Jaime Abello, Silvana Paternostro y Wendy Guerra, tres personas cercanas a Gabo, recordaron las cualidades y la faceta periodística del autor de Cien años de soledad.

Ha sido un año en que él no se ha ido. Si ustedes ponen el nombre de García Márquez en el buscador de Google se darán cuenta que todos los días aparece una nota en la cual es citado o se informa de una declaración de alguien que lo cita, señaló Abello, director de la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI).

Añadió que más allá de leerlo y regresar a su obra, vale la pena conocer y repasar sus valores.

Si hay alguien que supo vivir con plenitud y que nos puede dejar una lección de cómo lograrlo fue García Márquez. Esa es la razón por la que durante este año, pese a su pérdida física, lo sentimos presente, expresó.

Hipnotizar al lector con palabras

Paternostro, autora del libro biográfico Soledad y compañía, fue alumna en uno de sus talleres de periodismo y dijo que el primer aprendizaje con Gabo fue observar la delicadeza con la que trataba a las palabras.

“Me dijo una frase que llevo conmigo todos los días que me siento a escribir: ‘para atrapar al lector hay que hipnotizarlo con palabras’.”

Recordó una anécdota de José Salgar, editor de El Espectador, quien veía a un joven Gabo con la pelea interna entre ser periodista y escritor.

Él llegaba contratado como reportero y tenía que contar exactamente la verdad y dedicarle todo su esfuerzo al periódico que le pagaba un sueldo, mencionó. Según Salgar, el joven Gabo llegaba a la redacción ojeroso y con el pelo despeinado, porque se desvelaba escribiendo cuentos.

“‘Usted está dedicado a otra cosa’, le dijo su entonces jefe. ‘¿Por qué no le tuerce el cuello al cisne y se dedica a hacer periodismo? El periodismo le da para utilizar la literatura como herramienta’”, contó Paternostro.

García Márquez comenzó a escribir textos periodísticos destacados, pero no abandonó su otra vocación y al poco tiempo le dedicaría a su ex editor un ejemplar de La hojarasca: “Para el gran José Salgar: a ver si le destuerzo el cuello al cisne. Con mi amistad: Gabo”.

Sin embargo, destacó Jaime Abello, era tal su afecto hacia el periodismo que dejó una asignatura pendiente en su vida: tener su periódico.

“Tenía un sueño frustrado que nunca realizó: montar un periódico, tener un medio de comunicación propio. Hizo una declaración fuerte en 1983. ‘No quiero que se me recuerde por Cien años de soledad ni por el premio Nobel, sino por el periódico’; quería hacer el mejor diario de América Latina, el más veraz, el más exacto”, dijo.

Los participantes en el homenaje, a pregunta expresa, recomendaron a los jóvenes iniciarse en la obra del escritor nacido en Aracataca con sus cuentos.

Abello sugirió los incluidos en Los funerales de mamá grande y Guerra Sólo vine a hablar por teléfono, de Doce cuentos peregrinos.

En las instalaciones del Colegio Civil se exhibirá durante la feria la exposición García Márquez y sus 100 años de soledad, una colección de 30 fotografías tomadas al escritor a lo largo de su vida.