demasiado altaslas expectativas sobre las reformas
Volatilidad bárbara
para los siguientes meses, anticipa
El directivo bancario considera que conforme vayamos viendo los resultados del primer trimestre
, y se compruebe que las ventas suben y el consumidor gasta más, podrá cambiar el pesimismo que hoy predomina en la sociedad mexicana
Jueves 12 de marzo de 2015, p. 24
Las expectativas sobre el efecto de las reformas impulsadas por el gobierno en el crecimiento económico quizá fueron demasiado altas
, afirma Ernesto Torres Cantú, quien desde octubre pasado dirige el Grupo Financiero Banamex. Hay un impacto en el estado de ánimo de la población, más que en los números reales
, dice en entrevista con La Jornada, a una semana de que se realice en Acapulco, Guerrero, la 78 convención bancaria.
Torres Cantú tomó el mando del segundo grupo financiero del país después de la renuncia de Javier Arrigunaga, en una secuela del fraude de Oceanografía contra la institución. Hicimos una revisión completa de los procesos
internos del banco, dice, en respuesta al quebranto por 400 millones de dólares cometido por el empresario Amado Yáñez.
Anticipa que en los siguientes meses habrá una volatilidad bárbara
, como preludio al esperado incremento en las tasas de interés en Estados Unidos. Sin embargo, considera que en México las tasas de interés que pagan las familias por sus créditos personales o de consumo apenas tendrán incrementos.
–¿Qué cambió Banamex en el último año, después de que dio a conocer el fraude de Oceanografía en febrero de 2014?
–Cambió la dirección general del grupo, pero en el resto del banco, el que opera todos los días con los clientes, hay estabilidad, igual que siempre. A raíz de los eventos que sucedieron hicimos una revisión completa de procesos. En términos de nuestra posición competitiva, el banco sigue siendo líder en captación y en capital. Ese contexto augura un muy buen año para Banamex en 2015.
–¿El fraude de Oceanografía afectó la reputación del grupo o la relación con otros clientes que pudieran desconfiar de los procesos del banco?
–No lo vimos. Los clientes entendieron que fue un presunto fraude contra el banco. Medimos la reputación todos los meses con cerca de 30 factores. En todos el banco cerró el año en primer lugar, con una diferencia mejor que en 2013.
–¿El banco perdió participación de mercado en 2014?
–En el crédito a empresas grandes hemos bajado en lo que está registrado en el balance del banco. El financiamiento a las empresas, sobre todo las grandes, tiene dos vertientes: el crédito directo del banco, y el que se hace a través de los mercados financieros, ya sea de capitales o deuda. En el total, incluyendo los mercados financieros, el banco ha mantenido su participación. Las tasas de interés para plazos medianos o largos son ahorita las más bajas en los últimos 15 años y para las empresas es una gran oportunidad financiarse a través de los mercados en lugar de hacerlo con crédito directo del banco. La mejor manera de servir a los clientes es yendo a los mercados y ahí hemos estado súper activos. El año pasado nuestra participación ahí fue de 45 por ciento del mercado.
–En 2014 hubo una disminución en la demanda de crédito al consumo y personal. ¿Este año cómo prevé el crecimiento?
–Hay un efecto de la confianza de los consumidores en la decisión de gastar o no gastar, si piensa que su futuro inmediato va a ser mejor de lo que está siendo ahorita o si hay incertidumbre y a lo mejor dice ‘¿sabes qué, vieja?, el refrigerador no lo vamos a comprar y nos esperamos tantito’ En enero y febrero la confianza del consumidor mejoró respecto del año pasado. También las ventas de tiendas de autoservicio. Eso lo estamos viendo reflejado en la facturación de las tarjetas de crédito y débito, que viene mejor de cómo cerramos el trimestre. Sí veo una recuperación en el consumidor. Hay otro dato y es el crecimiento de las cuentas de captación. Venían creciendo 4 por ciento y ahora lo hacen en 7 por ciento. La comparación contra el año pasado sí nos hace ver una recuperación.
–¿Y el crédito a las empresas?
–El crédito a pequeñas y medianas empresas (pyme) va bien, tanto en Banamex, donde está creciendo 30 por ciento, como en el sistema bancario. Ahí espero un crecimiento similar al de 2014 y que lo mantengamos durante varios años.
–¿A qué atribuye esas tasas de crecimiento en el crédito a pequeñas y medianas empresas?
–Antes no les prestábamos dinero, esa es la verdad. Era sobre todo por falta de demanda de crédito de estas empresas, pero quizá también por un tema de oferta. Me explico: la pyme no pedía dinero al banco porque el banco decía que no en nueve de cada diez veces. Se acostumbró a que el financiamiento lo tomaba de sus proveedores. Es muy fácil creer que este crédito no tiene costo, comparado con las tasas de interés de los bancos, que en el caso de pymes son de 12 por ciento. Con las pymes dialogamos para hacerles ver que los proveedores ofrecen un descuento de 2 o 3 por ciento por pronto pago. Si esa tasa la anualizan, y ya capitalizada, resulta que es un interés de 40 por ciento, muy superior al 12 por ciento. Debido a esta historia, menos de 10 por ciento de las pymes tienen un crédito bancario. Por eso mi comentario anterior de que el crecimiento del crédito a este sector va a andar en 25 o 30 por ciento, y que va a durar muchos años porque partimos de una base bajísima. Para dar una idea, 40 por ciento de las personas físicas tiene un crédito bancario.
–¿En qué segmentos se espera más actividad?
–Pequeñas y medianas empresas en primerísimo lugar. Nada le va a ganar a las pymes. En segundo, veo el crédito hipotecario residencial. No crecerá 30 por ciento como las pymes, pero sí quizá arriba de 10 por ciento. Luego ya vemos el crédito al consumo, que sí lo veo creciendo de manera importante, a lo mejor cercano a 10 por ciento.
–Respecto de la situación del país. En poco tiempo, de septiembre para acá, parece que hubo un cambio de un estado de ánimo positivo a otro pesimista. ¿Cómo ve la situación?
–Es un tema de perspectivas. Si quitamos por un momento de vista lo que esperábamos y se ven nada más los números fríos y los hechos fríos, se tiene un paquete de reformas que no habíamos tenido en 20 años, desde 1994, cuando el país entró al Tratado de Libre Comercio y se dio la autonomía del Banco de México. No nos explicamos México sin esas reformas. Estamos en una situación igual ahorita. Son reformas importantes, bien hechas en términos de que verdaderamente cambian la estructura del país. Si somos capaces de alejarnos tantito y pensar qué es lo que va a pasar con estas reformas en 20 años, no vamos a reconocer a México, pero para bien.
–¿Por qué el pesimismo en algunos sectores?
–El tema ha sido un poco de por qué no se ven resultados el mes que entra. Es que no pasa así. Para que se vea el impacto de estas reformas se lleva un tiempo mayor que el siguiente mes o trimestre. Vuelvo a mi ejemplo de verlo en frío. En 2013 la economía creció uno por ciento; en 2014 lo hizo 2.1 por ciento y este año lo hará alrededor de 3 por ciento. Se dice que podríamos crecer 4, 5 o 6 por ciento y, claro, eso es lo que queremos. Pero hay que ver cómo está el resto del mundo. Nosotros pasamos de uno a dos y a tres. Europa está entre cero y menos uno; en Sudamérica andan de dos a menos uno. Ese es el tipo de comparación que estamos haciendo. México va de menos a más.
“Lo que nos pasa –abunda– es que en este sentido las expectativas que teníamos quizá eran demasiado altas. Esto no quiere decir que no vayamos mejor. Vamos mejor. Nos encantaría ir más rápido, pero vamos mejorando todos los años. El impacto en el estado de ánimo, diría que, más que en números reales, es un poquito más subjetivo y difícil de pronosticar cuándo va a cambiar. Conforme vayamos viendo los resultados del primer trimestre, que empecemos a hablar de que las ventas están subiendo y el consumidor gastando más, se dará la vuelta, de la misma manera que se dio la vuelta al lado pesimista, para que se voltee al optimista”.
–Hay expectativa de un incremento en las tasas de interés este mismo año. ¿Qué efecto puede tener en el sistema bancario y para los créditos de las personas?
–Depende de cuánto dure. Siempre, los tres o seis meses previos al inicio de un ciclo de subida de tasas hay una volatilidad bárbara, que es lo que estamos viviendo ahorita. Lo que está pasando en el mercado, en esencia, es que están tratando de atinar si es antes o después de junio o septiembre. Si va a ser un cuarto de punto o medio punto. Los incrementos serán menores –considera.