Como otros alumnos del Instituto Politécnico Nacional (IPN), David Azaraf Vargas Baza ha participado en las asambleas que tienen lugar en su escuela para tomar decisiones vinculadas con el movimiento estudiantil. Pero a él, que estudia en la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas (UPIITA), le parecía que esas votaciones a mano alzada o con boletas tenían sus inconvenientes. Así que con su computadora personal y sus conocimientos de programación, apenas se inició el paro en octubre pasado, comenzó a desarrollar un sistema de votación electrónica.

Dos semanas de desvelos después, David y Juan Capiz Castro tenían lista la primera versión de Polivoto Electrónico, el cual comenzó a utilizarse en su escuela y de ahí ha pasado a otras, donde es empleado para realizar consultas entre la comunidad y para las jornadas de votación que se llevan a cabo como parte de los procesos de designación de directores.

Ahora, con el Congreso Nacional Politécnico y sus preparativos en mente, la Asamblea General Politécnica (AGP) podría proponer el uso de esta herramienta a las autoridades del instituto.

Crear herramientas para ejercer la democracia

El paro de labores fue para demandar mayor democracia en las decisiones que se toman en el Politécnico. Pero no sólo la exigimos con el movimiento estudiantil, sino que creamos las herramientas para ejercerla, dijeron en entrevista realizada en la UPIITA los creadores del Polivoto, quienes estudian ingeniería telemática.

Y como es la innovación de jóvenes imaginativos y preparados, pero un tanto cortos de dinero para invertir en ella, a primera vista el sistema parece muy sencillo: una computadora, un par de celulares y una red local bastan para que funcione.

Los estudiantes –a quienes más tarde se unió José Alfonso de la Rosa Aguirre– crearon aplicaciones para sistemas Android y de escritorio que permiten emitir boletas electrónicas, registrar y contar votos con precisión y rapidez, guardarlos, hacer recuentos y garantizar el secreto del sufragio. Además, dicen, no se gasta papel.

Como ellos mismos afirman, no crearon un nuevo sistema de votación, sino que mejoramos el que ya existe.

Un aspecto que concentra sus esfuerzos es garantizar la inviolabilidad de la urna. Para ello, Polivoto encripta los datos que maneja y cuenta con un algoritmo desarrollado por los jóvenes, que garantiza que los sufragios estarán a salvo. Para romper nuestra seguridad se necesitaría de una supercomputadora, comenta Capiz.

En estas votaciones electrónicas aún queda algo en manos del factor humano, explican los estudiantes, pues quienes administran en cada escuela los comicios se encargan de registrar y verificar la identidad de los votantes. Con esos datos, Polivoto emite una boleta electrónica y garantiza su seguridad, pues impide que alguien vote dos veces.

Si bien calculan que si fueran una empresa habrían cobrado unos 100 mil pesos por desarrollar el sistema, todo el trabajo lo han hecho como aportación al movimiento estudiantil y al IPN. “Nos ha dado la oportunidad de retribuir algo al Poli, y la idea es dejar la herramienta a la comunidad, para que futuras generaciones continúen mejorándola”, comentó Vargas.

En su página de Internet (votacionesipn.com) pueden conocerse los datos de algunas de las ocasiones en las que se ha empleado. Por ejemplo, hace unas semanas, cuando la AGP tomó la dirección general del IPN, se realizó una consulta en la UPIITA por medio de Polivoto. Participaron 295 personas (docentes, no docentes y alumnos) que se identificaron con su credencial. La urna digital permaneció abierta seis horas, y los resultados indicaron que 75 personas apoyaron la acción de la AGP, 202 no y a 18 les fue indiferente.