Agustín Guerrero renunció ayer al Partido de la Revolución Democrática (PRD) por considerar que esa fuerza política se ha convertido en satélite del gobierno y ha dejado de ser útil a las causas ciudadanas.

Puntualizó que la dirección que hoy controla al partido está totalmente entregada a la administración de Enrique Peña Nieto, quien gobierna prácticamente sin oposición.

Con la voz quebrada por la emoción, el ex diputado, ex asambleísta y uno de los fundadores del PRD, dijo, al leer la carta de renuncia que entregó al dirigente Carlos Navarrete, que duele ver cómo este instituto termina en una versión actualizada del talamantismo.

Guerrero Castillo explicó que no se afiliará a ninguna otra fuerza política, pero sí va a apoyar a diversos candidatos, independientemente de dónde estén.