Las desventajas de los pilotos mexicanos los han acostumbrado a convivir con la adversidad no sólo en las pistas. Las condiciones difíciles les enseñan a sobreponerse y de ahí viene el potencial que demuestran en las competencia internacionales, considera Ricardo Pérez de Lara, campeón de la Ferrari Challenge 2014.

Cuando un corredor entra en algún circuito en Estados Unidos –explica–, no sólo debe adaptarse a las exigencias competitiva en esos niveles, sino a la hostilidad de los anglosajones que miran con recelo nuestra participación.

Cuando llega una marca y un piloto mexicano se preguntan qué hacemos ahí, piensan que vamos a ocupar sus espacios, refirió Pérez de Lara durante la presentación de los pilotos de la ecudería Telmex-Telcel que competirán en la serie NASCAR México y la Súper Copa Telcel.

Es una forma de exclusión en el automovilismo estadunidense, abunda, que se nota en las juntas de pilotos, donde los de habla inglesa se unen, en una actitud que se prolonga a las pistas.

“Cuando hacemos vueltas rápidas los anglosajones se respetan mucho; se hacen a un lado, pero cuando nos ven a nosotros –los mexicanos– nos estorban, pero estamos acostumbrados a eso y podemos con eso”, señala.

En esas condiciones el piloto tricolor aprende a abrirse camino en un mundo hostil. Pérez de Lara dice que al entrenar en autódromos de menor nivel, cuando los mexicanos compiten en pistas con todas las facilidades tienen mejores desempeños.

Somos considerados peligrosos, el rival a vencer. Ya nos caracterizamos porque si llegamos a algún campeonato internacional, es porque vamos a pelear los lugares, indica.

La escasez de oportunidades también los expone a cometer errores, por la presión de destacar en cada participación.

Pérez de Lara dice que mientras no existan condiciones para entrenar en igualdad de circunstancias que los pilotos de otras latitudes, los mexicanos también están expuestos a fracasar por el ansia de pelear lugares en el emparrillado. Y recuerda su ejmplo:

El pasado fin de semana, en la segunda carrera, por mi ímpetu de seguir avanzando y con gran posibilidad de quedar en el podio de la categoría general representando a Ferrari, cometí un error y se me fue una gran oportunidad. Todo fue por las ganas de querer sobresalir, lamenta.

Maña Reyes, pionera en el automovilismo mexicano, también regresa al automovilismo con la escudería Telcel. Además de las dificultades de formarse como piloto en este país, ella tuvo que abrirse camino en un deporte de hombres.

Fue difícil durante mi carrera, desde que empecé a correr fue complicado, porque no hay muchas mujeres, y las pocas que estamos debemos tocar puertas para ganarnos la confianza, señala.