Presentará su nuevo disco Todo fine, el viernes en el Vive Latino
Domingo 8 de marzo de 2015, p. a11
A sus 27 años, este joven músico, originario de Mexicali, Baja California, ha tocado en gran parte del país y cosecha su popularidad acompañado de su guitarra y armónica. Muchas de sus experiencias las asocia con una de sus más grandes influencias, el escritor Charles Bukowski.
Las rolas de Juan Cirerol pronto encontraron eco en una generación que se identificó con el desparpajo de sus interpretaciones.
Juan recordó cómo en los años “de la guerra de Felipe Calderón contra el narco crucé las partes más calientes a patín; pasé por Tamaulipas, Chihuahua, Monterrey, Durango, todo Sinaloa. Crucé Los Mochis, donde no había nada de gente en las tocadas, en Nuevo Laredo no había nadie, estaba desierto, iban dos-tres personas a las tocadas. Sí estaba pesado, de repente llegaban encapuchados armados con R15 para preguntarnos qué estábamos haciendo. Una vez casi me matan en un baño en Guadalajara, había unos batos medio tramposos, quién sabe cómo me les salí”.
A propósito de este oleaje de violencia, Cirerol comentó que su papel como músico, dentro de este contexto, es el de entretener: yo lo único que quiero y puedo hacer es darle a la gente música en lo que pasa lo malo, y que se vayan a un concierto en lugar de irse a una trinchera
. Parte de su trabajo se sustenta en uno de sus versos: No necesito que abran las puertas, porque atravieso las paredes. Es la frase de una de mis rolas, esa es mi mentalidad
.
Pago de facturas
Antes de que una disquera trasnacional lo firmara, Juan empezó su andar con el grupo Maniquí Lazer, del cual fue baterista, después armó el dueto XR7, con cierta vena punk, con ambos visitó la ciudad de México, luego comenzó a tocar ya bajo el nombre de Juan Cirerol y empezó a dar a conocer sus primeras grabaciones: Nomás sirvo pa’ cantar, Ofrenda al Mictlán, Haciendo leña y Cachanilla y Flor de azar. De los 20 a los 26 años no sentí nada de cansancio, si no estaba drogado, estaba enervado con la vida. Cuando toqué en el Vive Latino 2013 fue cuando empezó el altibajo feo, me llegó como la primera factura de andar tan en friega. Las drogas también las utilicé para tener el valor, porque irte en un camión a diferentes lugares no es fácil
.
Juan empezó a usar las redes sociales para darse a conocer, por medio de Facebook se anunciaba, lo contrataban por 500 o mil pesos, más la comida y el camión
, y así salieron cada vez más fechas. En Youtube creó videoblogs y subió sus rolas, “de repente tenía 90 mil vistas el video de Eres tan cruel, luego toco la canción en el disco Haciendo leña, y ¡pum!, pega en Sudamérica y se convierte en la segunda mejor canción del año en Reactor.
Juan Cirerol es de estatura baja, usa un cuaderno para dibujar mientras habla de diferentes temas, es sonriente, no tiene pelos en la lengua, confesó que en una de sus giras se desmayó en dos ocasiones. Tocó en “San Diego, Los Ángeles, Tijuana, Mexicali y Puerto Peñasco sin dormir, estaba chupando y de repente sudaba, se me empaparon los calzones de sudor y dije, ‘esto ya no está bien’ y me desmayé”.
Reconoció que también ha pasado por etapas depresivas, me dieron depresiones porque no tenía vida personal, mi novia, que era mi fan número cero, me idolatraba, y se tuvo que ir. Me empecé a sentir solo y a decir que ya soy parte del recuerdo
.
El compositor consideró que está en buen momento, recién se editó su disco Todo fine, el cual presentará el viernes 13 de marzo en el Vive Latino, situación que lo estimula. Está chingón, porque me renueva, me da más fuerza, me siento más pitudo
.
El año pasado abrió los conciertos de Andrés Calamaro y Enrique Bunbury en el Foro Sol.