Con el arranque de las campañas electorales también empieza el llamado turismo electoral con el cual agencias de viaje, hoteles, restaurantes, aerolíneas, empresas que alquilan automóviles o camiones de pasajeros, taxis y comercios en general, como aquellos que rentan carpas, sillas y equipos de sonido o video, logran incrementar entre 3 y 5 por ciento sus ingresos en el año por la derrama económica que dejan por todo el país los candidatos y sus comitivas que, al final de cuentas también son clientes, aseguró Jorge Hernández Delgado, presidente de la Federación Mexicana de Asociaciones Turísticas (Fematur).

Es un tipo de turismo que ayuda al sector porque, aunque haya crisis, los partidos políticos ya tienen aprobados esos recursos y sus candidatos necesariamente viajan a grandes ciudades o pequeños municipios para hacer campaña, señaló. Lo mismo sucede con el desplazamiento de fuerzas armadas para los operativos de seguridad o de funcionarios gubernamentales que acuden a zonas afectadas por desastres naturales como ocurrió el año pasado en Los Cabos.

El dirigente empresarial señaló que este turismo electoral, como lo bautizó, ha beneficiado a regiones afectadas económicamente por diversas causas, desde desastres naturales hasta sucesos de violencia o protestas sociales. En ese sentido puede decirse que el turismo electoral es bondadoso, dijo y mencionó que ayudó al sector en la ciudad de Oaxaca en 2006, a finales del gobierno de Vicente Fox, tomada en muchos puntos por la Asamblea Popular de los Pueblos Indígenas (APPO) a raíz del conflicto magisterial o en Tijuana y Ciudad Juárez afectadas el sexenio pasado por el narcotráfico.

Desestimó que se reduzca la derrama económica para los prestadores de servicios turísticos por la tendencia que los partidos y sus candidatos han mostrado en los últimos años de privilegiar la promoción a través de los medios electrónicos y ahora por Internet. Se reparte, es una combinación, porque no funciona la política de larga distancia o a control remoto, siempre hace falta el desplazamiento y contacto con la gente, dijo.

También consideró positivo que la nueva legislación electoral obligue a los partidos y candidatos a notificar al Instituto Nacional Electoral (INE) qué proveedores contrata pues hasta hace seis años, las empresas turísticas financiaban a casi la mitad de los partidos y candidatos, y la quinta parte de ellas quebraron porque no les pagaban, menos si perdían. Aclaró que con los gobiernos el problema es de otro tipo porque aunque se llevan a cabo procesos licitatorios, también se les da financiamiento en tanto que tardan mucho en pagar y llegan a hacerlo hasta final de año.

Las agencias de viaje tenemos la obligación de registrarnos como proveedores y en un momento dado dar información a las autoridades si así nos lo requieren. Yo recomiendo a los colegas que firmen contratos para que no quede sólo de palabra el pago por la prestación de sus servicios y no les den crédito, indicó.

Si bien el Internet ya es una herramienta común para comprar boletos de avión y hacer reservaciones de hospedaje, Jorge Hernández sostuvo que hay una tendencia de la gente, y los partidos no son la excepción, de volver a las agencias de viaje por la atención personalizada porque la red no es totalmente segura y en caso de cambios, cancelaciones o reclamaciones no hay quién responda porque se enfrentan a una máquina.