La falta de respeto
a las culturas hizo que se expandiera en África
Los países deben aceptar que un brote afecta a todos, no sólo donde surge
Viernes 6 de marzo de 2015, p. 46
Cuernavaca, Mor.
La infección por el virus del ébola no es un problema; más bien mostró cuáles son los retos: falta de sensibilidad respecto a los factores culturales, desconfianza de la población hacia las políticas y las autoridades, así como debilidad de los sistemas de vigilancia sanitaria, entre otros, advirtieron expertos internacionales que han tenido contacto directo con la enfermedad y su manejo en África, Estados Unidos y Reino Unido.
Se trata de una crisis de salud pública, pero también de derechos humanos, señaló el mexicano Carlos del Río, investigador en la Universidad de Emory, Atlanta, Estados Unidos. El ébola ha causado casi 10 mil muertes en África, y si bien tiene una letalidad hasta de 88 por ciento, la cantidad de decesos también se explica porque en Liberia, por ejemplo, la tradición es lavar el cadáver, y con esa agua la familia se limpia la cara.
Para ellos, comentó Del Río, es fundamental tener el cuerpo del fallecido, pero cuando surgió el brote del virus uno de los criterios sanitarios para frenar la transmisión de la infección fue no entregar los cadáveres a las familias.
Claramente, esa determinación va contra las costumbres y tradiciones de esa región, y como eso no se tomó en cuenta ni se informó con claridad, las personas decidían no llevar a los enfermos a los hospitales, explicó el científico.
Durante el Congreso Nacional de Investigación en Salud Pública 2015, expertos abordaron el tema de enfermedades infecciosas emergentes en el mundo en 2014 (ébola y chikungunya).
Duncan Selbie, director ejecutivo de Salud Pública de Inglaterra, comentó que las lecciones que ha dejado el ébola es que las infecciones no conocen fronteras, la necesidad de que los sistemas de salud estén siempre alertas y reaccionen rápido, así como la importancia de frenar la transmisión desde el punto de origen.
Subrayó que aun cuando los problemas de salud se presenten en algún lugar que parece lejano, los países y sistemas de salud deben reconocer que un brote infeccioso, como el ébola, afecta a todos, y en la toma de decisiones se debe escuchar a las personas. También tienen que existir los mecanismos para dar respuesta conjunta y global, señaló el especialista, cuyo gobierno aportó 230 millones de libras esterlinas para contener el brote de ébola en África occidental.
Entre otras acciones, Inglaterra también instaló tres laboratorios clínicos en la zona afectada y 700 camas, donde 8 mil 800 personas han sido atendidas.
Del Río, experto en infectología, se refirió a los retos que ha implicado la atención y control del ébola, sobre todo las consecuencias de no contar con una visión comprensiva sobre las condiciones de vida en las naciones más afectadas por el brote, el cual surgió en diciembre de 2013 en Nueva Guinea y a la fecha ha afectado a más de 23 mil personas.
Aparte está la falta de información y la desconfianza de la población, la cual se ha vivido incluso en Estados Unidos. Por ejemplo, el Hospital de Emory, que atendió a algunos enfermos, tuvo dificultades hasta para dar destino final a la basura, recordó Del Río.