Ellas tienen mejor rendimiento, pero confían menos en sí mismas: OCDE
Pese a ser menos comprometidos, ellos dominan en matemáticas y ciencia
Jueves 5 de marzo de 2015, p. 45
A pesar de que la mayoría de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) avanzaron en reducir las diferencias de género en el acceso a la formación y el empleo, se están generando nuevas desventajas.
Se detectó que los varones tienen más probabilidades de tener bajo rendimiento en la escuela en comparación con sus compañeras de aula, y abandonar su formación aún sin haber alcanzado competencias básicas. Sin embargo, son ellas quienes presentan menor confianza para el desarrollo de habilidades matemáticas y científicas.
En su informe El ABC de la igualdad de género en la educación: aptitud, comportamiento y confianza, que se presentará hoy en París, Francia, el organismo multinacional revela que los jóvenes son significativamente más propensos que las mujeres a ser menos comprometidos con la escuela y tener bajo rendimiento
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De acuerdo con los resultados del Programa Internacional para la Evaluación de los Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés) 2012 –que se aplica a estudiantes de 15 años que han concluido su educación básica–, 14 por ciento de los hombres y 9 por ciento de las mujeress no alcanzaron un nivel básico de competencias en lectura, matemáticas y ciencia.
No obstante, se detectó que en el nivel superior ellas están insuficientemente representadas en campos como matemáticas, ciencias, física e informática.
En 2012, sólo 14 por ciento de las jóvenes que ingresaron por primera vez a la universidad eligieron algún campo relacionado con estas disciplinas, incluyendo ingeniería y construcción, a pesar de su alta demanda en el mercado laboral y de ofrecer empleos bien remunerados, mientras en los varones la proporción fue de 39 por ciento.
En cuanto al bajo desempeño alcanzado por los jóvenes, la OCDE revela que algunas de las razones están vinculadas a las diferencias en el comportamiento de niñas y niños; estos últimos pasan una hora menos por semana realizando tareas en comparación con sus compañeras. Cada hora de tareas por semana, señala, se traduce en una calificación de cuatro puntos más en las pruebas de matemáticas y ciencias aplicadas por PISA.
Agrega que fuera de la escuela, los niños pasan más tiempo jugando videojuegos que las niñas, por lo que dedican menos tiempo a la lectura y a textos particularmente complejos, como la ficción. Subraya que el dominio de la lectura es la base sobre la cual se construye todo el aprendizaje, pero cuando los niños no leen bien su desempeño en otras disciplinas escolares se ve afectado
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Ansiedad e inseguridad
La OCDE asegura que en la mayoría de las naciones que la integran, las niñas obtienen resultados más bajos que los varones en matemáticas, aun entre los estudiantes de más alto rendimiento. En ningún país superan a los niños en este nivel. En general, ellas tienen menos confianza en sí mismas que sus colegas para resolver problemas matemáticos o científicos
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Destaca que incluso alumnas aventajadas son también más propensas a expresar fuertes sentimientos de ansiedad hacia las matemáticas. En promedio, la diferencia en el rendimiento de niñas y niños con altos desempeños en esta disciplina es de 19 puntos, pero si se compara a menores de ambos sexos con niveles similares de confianza en sí mismos frente a las matemáticas, la brecha de género en el rendimiento desaparece.
El informe PISA destaca que cuando las alumnas deben pensar como científicas
tienden a alcanzar menores resultados en comparación con sus compañeros, pues se identificó que cuando traducen un problema a una fórmula o expresión matemática obtienen menores resultados que ellos.
Se estima que los varones superan en esta habilidad a las niñas en 16 puntos de calificación en la prueba PISA, lo que equivale a casi cinco meses de escolaridad, mientras en el caso de México esa diferencia se eleva a 20 puntos.
Los muchachos, asegura el informe, también superan a las niñas con 15 puntos en su capacidad de aplicar sus conocimientos científicos a una situación determinada, describir o interpretar fenómenos científicamente y predecir cambios. Subraya que esta diferencia de género en la capacidad de pensar como científico puede relacionarse con la autoconfianza de los estudiantes.