La organización ambientalista Greenpeace denunció el retraso de cuando menos un mes en los planes del gobierno federal para prohibir dos años la pesca de la vaquita marina, especie seriamente amenazada y de la cual sólo quedan 97 ejemplares en el Alto Golfo de California.

Dijo que aun cuando la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) presentó una estrategia integral de protección a la especie y que ésta se iniciaría a principios de marzo, hay una serie de trabas que han demorado la firma del acuerdo por parte del presidente Enrique Peña Nieto y su publicación oficial, a fin de que la veda entre en vigencia. Los planes más optimistas colocan el inicio de estas medidas a principios de abril, pero tampoco se tiene la certeza.

Lo grave es que de acuerdo con los estudios más recientes, la población de vaquita marina, que es una especia de marsopa, similar a un pequeño delfín, no rebasa el centenar de ejemplares, por lo que cualquiera retraso mayor podría tener consecuencias irreversibles.

Apenas hace unos días, la Semarnat presentó una estrategia integral para la recuperación de esta especie endémica del Alto Golfo de California. La vaquita marina tiene la distribución más restringida que cualquier cetáceo y es la más amenazada de las 128 especies en el mundo.

Entre las acciones que se realizarán durante el plazo de dos años está ampliar el polígono actual de prohibición de cacería de 126 mil hectáreas a un millón 300 mil; compensar de forma económica a los pescadores, y realizar inspecciones y vigilancia en coordinación con la Marina, Conapesca y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa). En esos dos años se invertirán casi mil 100 millones de pesos en este programa de protección.

De acuerdo con la Semarnat, la población de vaquita marina se ha reducido drásticamente, sobre todo por la pesca ilegal de totoaba y su demanda en el mercado asiático, así como por el uso de artes de pesca para camarón y escama que afectan a la especie.