Hablar de restablecer relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos no significa lo mismo que de la normalización de las relaciones, eso es algo que va a tomar su tiempo, advirtieron analistas e investigadores al participar en un amplio debate que abordó el reciente cambio en política exterior que anunció el presidente estadunidense Barack Obama en relación con la isla.

Luis Suárez Salazar, profesor del Instituto Superior de Relaciones Internacionales de La Habana, llamó a analizar este cambio no sólo en el código cubano, pero sin dejar de tomar en cuenta que el bloqueo impuesto por Estados Unidos sigue siendo uno de los mayores crímenes en contra del pueblo de Cuba y que, en todo caso, tras la oferta de reanudar relaciones subyace, como fin último, derrotar a la Revolución cubana, desestabilizar a los gobiernos antiestadunidenses. Este no es momento de bajar la guardia, ni con Cuba ni con los pueblos de América Latina, dijo.

Ángel Guerra, periodista, y coordinador de los foros organizados por La Jornada y Casa Lamm, destacó el estoicismo del pueblo cubano, que obligó a Estados Unidos a entender que por las malas no podía y motivó la noticia anunciada el pasado 17 de diciembre por los presidentes Raúl Castro y Obama.

Siempre es mejor que haya diálogo, aunque es evidente que Cuba y Estados Unidos nunca van a estar de acuerdo en toda una serie de cosas. Va a haber siempre opiniones irreconciliables, a menos que en Cuba triunfara una contrarrevolución, pero yo no veo ningún señal de eso, dijo.

John Saxe Fernández, investigador del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México, llamó la atención sobre el hecho de que desde su fundación, en 1776, sólo en 22 años Estados Unidos ha estado al margen de situaciones de guerra o agresiones hacia otros países, normalmente países desarmados, por lo que, dijo, este acercamiento con Cuba debe ser analizado en esa dimensión histórica y estratégica.

Al igual que el resto de los ponentes, John Saxe dijo que no puede pasarse por alto el nivel de agresión, de crímenes contra la humanidad, que ha supuesto el bloqueo estadunidense para la población cubana, además de que las relaciones que mantiene Estados Unidos responden exclusivamente a sus intereses hegemónicos y, por tanto, no son muy permanentes.

Coincidieron además en que es poco probable que Obama y Castro lleguen a la séptima Cumbre de las Américas, que se celebrará en la ciudad de Panamá en abril, con algo más que la apertura de embajadas, pero sin cambios sustanciales.