Candidaturas cuestionadas
l Partido de la Revolución Democrática (PRD) designó el domingo candidatos a diputados locales de mayoría relativa y de representación proporcional.
La lista, para desventura del PRD, exhibe nuevamente el mal que lo aqueja: sus principales candidatos son personajes seriamente cuestionados y reviven, en cierto sentido, las condiciones que prohijaron la desgracia ocurrida en Iguala en septiembre pasado, cuando seis personas fueron asesinadas y 43 estudiantes fueron desaparecidos.
En los primeros lugares de la lista de plurinominales se encuentra, como botón de muestra, Carlos Reyes Torres, señalado por Servando Gómez Martínez, La Tuta, de apoyar a grupos criminales rivales; su hermano Crescencio es candidato de mayoría relativa.
En segundo lugar de las plurinominales está Silvia Romero Suárez, quien fue secretaria de Educación con Ángel Aguirre. Esa dependencia está en el ojo del huracán por pagos irregulares a maestros.
En tercer sitio está Sebastián de la Rosa Peláez, quien fue el principal promotor de la candidatura del ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca Velázquez, y su defensor a ultranza después del 26 de septiembre. Dadas las circunstancias políticas, son los que tienen más posibilidades de convertirse en diputados en la próxima legislatura.
No es que sean culpables –definirlo corresponde a las autoridades–; es sólo que el PRD había prometido no postular gente señalada. La política, a fin de cuentas, es asunto de percepciones.
Es precisamente eso lo que está afectando al PRD: la percepción que pueden tener los ciudadanos de un partido que en otro tiempo se propuso precisamente luchar por la democracia y contra la corrupción. No serán las inconformidades internas las que afecten al PRD, pues éstas siempre han existido y no le han hecho nada. Pero la percepción ciudadana de que el sol azteca no entendió la lección de Iguala habrá de ser definitiva.