Pocos avances en la investigación del asesinato de Boris Nemtsov
Los héroes no mueren. Esas balas están en todos nosotros, mientras gran número de manifestantes portaban banderas de Rusia con crespones, así como retratos de la víctimaFoto Ap
Lunes 2 de marzo de 2015, p. 32
Moscú.
Decenas de miles de personas participaron este domingo en la marcha fúnebre convocada por los dirigentes de la oposición política de Rusia en homenaje a uno de sus líderes, Boris Nemtsov, asesinado la noche del pasado viernes.
Como suele suceder, se desconoce el número exacto de participantes, pues policía y organizadores manejan cifras muy diferentes. Los organizadores aseguran que acudieron casi 52 mil personas; la policía dice que fueron 30 mil menos.
Todos los asistentes, por razones de seguridad, tuvieron que pasar por arcos detectores de metales en el punto de reunión y, pese a la aglomeración que comenzó en Kitai-Gorod, la estación del metro más cercana, esperaron pacientemente su turno durante unos 40 minutos.
La marcha, autorizada por el ayuntamiento de Moscú en lugar de la cancelada manifestación de protesta contra la guerra en Ucrania, recorrió varias calles del centro de esta capital, parte del malecón del río Moscova, y concluyó junto al sitio donde un sicario mató a Nemtsov, uno de los críticos más acérrimos del Kremlin, de cuatro balazos por la espalda.
El lugar, sobre el puente Moskvoretsky, muy cerca de la catedral de San Basilio y la Plaza Roja, está cubierto de flores que, desde la madrugada del sábado, depositan mujeres y hombres de todas las edades, junto con íconos ortodoxos y veladoras.
Muchas de estas personas, según sus propias palabras, no se identifican con los proyectos de la oposición extraparlamentaria, débil y fragmentada, incapaz de articular una alternativa de gobierno común que pueda resultar atractiva para la mayoría de los rusos.
Al mismo tiempo, coincidieron en que con su presencia en la marcha quisieron no sólo rendir tributo a Nemtsov, sino también expresar su rechazo a quienes utilizan el asesinato con fines políticos.
Al frente de la marcha, que encabezaron dirigentes opositores como Mijail Kasianov, Ilia Yashin, Leonid Volkov y Guennadi Gudkov, pudo verse una extensa manta con la inscripción: Los héroes no mueren. Esas balas están en todos nosotros
, mientras un elevado número de manifestantes portaban banderas de Rusia con crespones, así como retratos de Nemtsov.
Aunque algunas personas gritaron consignas contra el Kremlin, la mayoría de la gente hizo el recorrido en silencio. Un grupo no muy numeroso, con banderas de Ucrania, desplegó una manta que exigía poner en libertad a Nadezhda Savchenko, piloto del ejército ucranio que, de acuerdo con sus abogados, fue secuestrada y traída a Rusia como cómplice de quienes mataron a dos periodistas rusos en un bombardeo
y que actualmente mantiene, durante ya casi dos meses y medio, una huelga de hambre en una prisión de alta seguridad.
La policía detuvo a una veintena de jóvenes ultranacionalistas con banderas de la Rusia imperial que comenzaron a insultar a los manifestantes.
También se informó de la detención del diputado de la Rada ucrania Aleksandr Goncharenko, que llegó a Moscú para asistir a la marcha y a quien las autoridades rusas relacionan con los cruentos enfrentamientos ocurridos en Odesa, el 2 de mayo pasado, cuando 48 manifestantes pro rusos murieron calcinados en el incendio que provocaron grupos de corte neonazi en la Casa de los Sindicatos de ese puerto ucranio.
Por la noche, Goncharenko, quien goza de fuero parlamentario, salió de la estación policial sin hacer declaraciones, acompañado por el cónsul de Ucrania, Guennadi Breskalenko.
En tanto, el Comité de Instrucción de Rusia (CIR), a cargo de investigar el asesinato de Nemtsov, ofreció hoy una recompensa de 3 millones de rublos, aproximadamente 50 mil dólares, a quien aporte información valiosa
para resolver este caso.
Aparte de las cinco líneas de investigación oficial que sigue el CIR –provocación para desestabilizar la situación política, venganza de grupos islamitas, represalia de radicales ucranios, disputas de orden económico y enemistad personal–, circulan todo tipo de versiones, a cual más descabellada.
Hasta el momento, trascendió que hay pocos avances en la investigación, no se tiene a ningún sospechoso ni se ha podido localizar el vehículo en que huyó el sicario.
Los medios oficialistas insisten en la hipótesis de que Nemtsov podría haber sido una víctima sacramental
para desestabilizar Rusia, dando a entender que mandaron matarlo sus propios compañeros o servicios de espionaje extranjeros, sin mencionar a nadie en concreto.
Los líderes opositores rechazan esas acusaciones y, por su parte, señalan que este asesinato ocurrió en el contexto de odio, animadversión y persecución contra la oposición
, impulsado por el Kremlin.