Símbolo de identidad de las naciones, los lábaros patrios de los estados representan esperanza y unidad nacional. Sin embargo, la bandera mexicana ha sido trastocada como parte de la protesta social ante la desesperanza en que hoy está sumergido el país.

Así, en años recientes, en diferentes marchas o manifestaciones, cientos de personas han salido a las calles ondeando la enseña nacional, pero con una diferencia: han sustituido los tradicionales verde, blanco y rojo por un tono monocromático, negro y blanco, pero respetando el histórico escudo, el cual alude a la fundación de la gran Tenochtitlán.

Entrevistados a propósito del Día de la Bandera, investigadores universitarios que han trabajado temas sobre símbolos y movimientos sociales apuntaron que nuestro símbolo patrio ha sufrido una transformación como protesta social ante la crisis que se vive en México: económica, social, seguridad y credibillidad, entre otras.

Tanit Borja Martínez, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), resaltó que los símbolos patrios, en particular la bandera, generan identidad, pertenencia, esperanza y unidad nacional. Sin embargo, enfatizó, las enseñas monocromáticas, que han inundado las calles durante las manifestaciones sociales, nos dicen que hay que pintar de negro el colorido que antes brindaba esa esperanza. Hay una idea de que las cosas podrían estar peor.

Para la académica, si bien es cierto que el negro podría reflejar un sentimiento de luto debido a la gran cantidad de ejecutados y desaparecidos en el país de 2006 a la fecha, también es un mensaje popular “que nos dice que estamos en un periodo de oscuridad, desesperanza. En un impasse, porque no vemos claro hacia dónde va el país. No se ve la salida por ningún lado.

No se trata de un atentado contra la bandera. Simbólicamemente, se le arrebata lo vivo. Porque hoy la nación ya no es un refugio para la paz. El Estado no nos representa y no nos sentimos incluidos.

Silvestre Villegas Revueltas, del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, enfatizó que el tono negro debe traducirse como el malestar social frente a la violencia de todo tipo, desde la que se da día a día en las acciones del crimen organizado o cuando las autoridades no son capaces de garantizar la seguridad, hasta la económica, pues millones no tienen ingresos suficientes para lo básico.

Es una protesta que utiliza un tono oscuro como reflejo de lo que siente (ante lo que pasa en el país) buena parte de la población. Es evidente que hay gran malestar y va más allá de los desaparecidos, que son sólo la página de un libro.

Añadió que muchos mexicanos ya no se sienten seguros ni identificados con la patria, y la bandera negra es una expresión de esa inconformidad.

Abilio Vergara, de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, destacó que la Bandera remite a un concepto muy sentido, profundo e intenso: la patria.

Lo paradójico para el investigador es que son las autoridades, quienes deberían resguardar el lábaro patrio y ponerlo a la altura simbólica que le corresponde, las que lo pisotean al reprimir con las fuerzas armadas y la policía a los ciudadanos. Al vulnerar los derechos de las personas, pisotean el significado de la enseña nacional.

Desde su perspectiva, la bandera negra también representa un instrumento simbólico de lucha de quienes protestan con el fin de recuperar los derechos que se han arrebatado a muchos sectores del país.