Jocotes y abales
l caminar por las plazas y mercados de parte de Tabasco, Chiapas, Veracruz, Yucatán, Quintana Roo y otros estados pueden encontrarse estas ciruelas locales. En temporada los vendedores suelen ofrecer la fruta fresca, pero siempre habrá para la venta jocotes en almíbar; si uno tiene suerte, podrá comprar un frasco de jocotes encurtidos. Las ciruelas en almíbar suelen presentarse en grandes bandejas de peltre blanco; el vendedor las baña con la miel en que se prepararon para hacerlas más atractivas.
Hay distintos tipos de estas ciruelas de hueso grande según la región. Esta especie es originaria de Mesoamérica, aunque hay otras de la misma subfamilia en Asia e India. En maya son abal -kan abal, chac abal y chi abal. Su denominación técnica como genérico es Spondias. La palabra jocote proviene del náhuatl xococ, agrio. También se les llama jobos.
En su libro Jocotes, Jobos, abales o ciruelas mexicanas (2012), los investigadores de la Universidad Autónoma de Chapingo, Artemio Cruz L., Ángel Pita D. y Benito Rodríguez H. nos dan una amplia información sobre esta fruta.
Los árboles son frondosos, con muchas ramificaciones de variadas formas, lo que los hace muy vistosos y útiles para ornato; en invierno pierden el follaje. Prosperan aún en suelos delgados y relativamente pedregosos; se reproducen fácilmente por estaca. En Chapingo han colectado ciruelas provenientes de más de 20 estados.
Una muestra de su presencia desde la antigüedad es la diversidad de nombres que tiene en las diferentes lenguas locales en México. Maximino Martínez registra cerca de 70 diferentes nombres para estas ciruelas, que los distintos grupos indígenas fueron adaptando a una amplia gama de condiciones naturales y culturales. Hoy, los árboles y arbustos que producen estas ciruelas son silvestres, inducidos y cultivados.
Los frutos son de variados tamaños, formas y sabores. Los hay redondos, ovoides y ovalados; pueden ser de color verde amarillo, rojizo o morado y tienen diferentes grados de acidez. Todos son comestibles. Según la región se les dan distintos usos; además de consumirse frescos, forman parte de moles y salsas, atoles, aguas frescas, nieves, postres y conservas.
Su consumo es local, con la ventaja de que en época de abundancia se recolectan y se ponen a secar al sol para deshidratarlos y utilizarlos cuando se considere necesario; los excedentes van a los mercados cercanos, donde se ofrecen por medida o en pantles
o montoncitos piramidales bien acomodados.
Aurelio Núñez López nos recuerda que el domingo 22 es la Feria del Maíz en San Ildefonso Tultepec, municipio de Amealco, Querétaro.