Sábado 14 de febrero de 2015, p. 25
México se ubica entre los países que menores impuestos ambientales aplica, situación que contrasta con de Italia, Finlandia, Dinamarca, Países Bajos y Turquía, donde representan entre 3 y 4.4 por ciento de su producto interno bruto (PIB), de acuerdo con informes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Según el organismo internacional, en México han aumentado cerca de un tercio las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en las últimas dos décadas. Esto, explica, se debe principalmente a los sectores energéticos y de transporte.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía en 2012 el costo de la depredación ambiental (degradación del suelo, residuos sólidos, contaminación del agua, atmósfera y agotamiento de recursos forestales) ascendió a 985 mil 64 millones de pesos, monto que representa el equivalente a 6.3 por ciento del PIB, de ese año.
En un estudio elaborado por el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) denominado: Impuestos ambientales en México y el mundo, destaca que durante los últimos años, México fue el único país con una relación negativa de menos 0.8 por ciento en promedio de sus impuestos ambientales como porcentaje de su PIB.
Los analistas del CEFP, dependiente de la Cámara de Diputados, explicaron que la relación negativa de los impuestos ambientales en México obedece al subsidio del gobierno a impuestos ambientales como el impuesto sobre producción y servicios a las gasolinas y diésel.