Hermosillo, Son.

Los restos de la presa construida en el rancho El Pozo Nuevo, propiedad del gobernador Guillermo Padrés Elías y su familia, fueron dinamitados, destruidos y retirados ayer, informaron fuentes de la Comisión Nacional del Agua.

Los mismos propietarios destruyeron el embalse sin la intervención de la Conagua, que tiene programada para el 17 de febrero una inspección al rancho, ubicado en el municipio de Arizpe.

La mayor parte del embalse habría sido destruida el 19 de septiembre pasado por una gran avenida de agua provocada por las lluvias del huracán Odile, de acuerdo con información del gobierno del estado.

El pasado 4 de febrero la Conagua ordenó quitar por completo la obra, cuya construcción violó la Ley de Aguas Nacionales y sus reglamentos, así como normas sobre perforación de pozos.

La presa almacenaba aguas de un ramal del río Bacanuchi y, según vecinos, mermó la disponibilidad de agua en los pozos de esa región del noreste de Sonora.

Por la edificación del embalse, con capacidad de más de dos millones de metros cúbicos, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente impuso a sus propietarios una multa de más de cinco millones de pesos.

Ayer por la noche se solicitó a la Secretaría de Comunicación Social del gobierno de Sonora información detallada acerca de cómo fueron destruidos y sacados los restos de la presa, pero la respuesta fue que ese asunto estaba en manos de la familia del gobernador Guillermo Padrés y no del mandatario.